Empresario agropecuario: copió un éxito argentino, lo importó y hasta el gobierno japonés se sorprendió de su logro

No-till [sin labranza] es el nombre de la canción que tocó al final de su presentación Shuichi Tokumoto, un productor arrocero que llegó desde Japón para hablar del “futuro de los arrozales” en su país. La idea, en realidad, y tal como confesó en el escenario, la “exportó” desde la Argentina cuando llegó hace unos años, recorrió campos y estuvo en uno de sus primeros congresos de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Propiedad intelectual: más de 20.000 productores ya están en un programa privado para la soja

Actualmente, señaló, cultiva 110 hectáreas de arroz, lo cual es considerado “mucho para Japón”, pero muy poco en términos de extensión en la Argentina. Se esperanzó que para 2030 pueda alcanzar las 1000 hectáreas sembradas. Japón tiene un territorio muy reducido en cuanto a superficie cultivable y destacó que hay muchas montañas y bosques, lo que restringe aún más la superficie apta para la agricultura. Afirmó que apenas el 40% del territorio japonés es cultivable o explotable, lo que implica que la agricultura en ese país está concentrada en una fracción limitada del suelo nacional.

Según contó, a partir del intercambio que tuvo con productores argentinos decidió migrar a la siembra directa en arroz en seco, algo totalmente innovador en su país. Para eso, Tokumoto, agregó que “están usando maquinaria adaptada al clima y terreno japonés, que permite sembrar, fertilizar y aplicar pesticidas simultáneamente. Se utiliza mapeo satelital de suelos de los últimos 10 años para ajustar dosis de insumos según la fertilidad de cada zona”.

Por otra parte, agregó que el recubrimiento de semillas (coating) mejora la tasa de germinación y reduce la dosis de siembra a 20 kg/ha, es decir, un ahorro del 30% respecto al método tradicional.

En el control de malezas emplean “un herbicida selectivo que ataca solo las malezas y preserva las espigas de arroz”. Hacen aplicación dirigida con Boom Spray, algo inédito en muchos esquemas tradicionales japoneses. “Una de las innovaciones que estamos desarrollando es la modificación de ciertas características de los plantines. En este caso, lo que van a poder ver es que, para empezar, utilizamos menos cantidad de agua y aplicamos un bactericida que favorece el desarrollo de raíces más fuertes y mejora la eficiencia en la absorción de agua“, narró.

La siembra directa en Japón es muy novedosa y contó que han podido tener éxito, dado que este tipo de siembra también ha generado que el gobierno japonés esté atento a esta nueva forma de cultivo. “Estamos probando el uso de cultivos de cobertura para mantener la humedad del suelo, una práctica derivada de la agricultura conservacionista”, subrayó.

El productor señaló que la mayoría de los arroceros japoneses pierden dinero y sus explotaciones no son rentables. “Esta empresa, gracias a su tecnología y gestión, logra números positivos y busca transformar la economía del arroz en Japón“, afirmó.

También señaló que uno de los principales problemas que tienen es “la falta de infraestructura moderna”, ya que todo se construyó con trabajo manual de generaciones anteriores. Ahora, su país vive un cambio generacional y están tratando de buscar nuevas ideas. “El envejecimiento poblacional está dejando campos de arroz sin cultivar. Para ellos, esto es una oportunidad de expansión, porque pueden adquirir esas tierras y modernizar su producción”, sostuvo.

El productor, quien reside y tiene los campos en la prefectura de Tottori, es también youtuber y cantante, y usa su canal para difundir buenas prácticas agrícolas, combatir la desinformación y revalorizar el rol del productor arrocero. Contó que estuvo reunido recientemente con el ministro de agricultura japonés, Shinjirō Koizumi.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón quedó profundamente devastado. Fue necesario reconstruir no solo la infraestructura del país, sino también transformar por completo la forma de vida. En ese momento, los campos que había en Japón se subdividieron en pequeños y se fueron entregando a cada familia para que puedan explotarlo a nivel personal. Esto perduró por muchos años”, expresó.

Dijo que el problema ahora es que hay una alta población de personas mayores que ya no pueden producir cultivos. “En cambio, para nosotros esto representa una gran oportunidad, porque aquellas familias donde tienen a las personas mayores que ya no pueden seguir cultivando necesitan de algún modo despojarse de esas tierras, porque no tienen quien las continúe y para nosotros esto es una oportunidad de negocio donde podemos recolectar esa área de cultivo y hacer lo nuestro”, afirmó.

No-till [sin labranza] es el nombre de la canción que tocó al final de su presentación Shuichi Tokumoto, un productor arrocero que llegó desde Japón para hablar del “futuro de los arrozales” en su país. La idea, en realidad, y tal como confesó en el escenario, la “exportó” desde la Argentina cuando llegó hace unos años, recorrió campos y estuvo en uno de sus primeros congresos de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Propiedad intelectual: más de 20.000 productores ya están en un programa privado para la soja

Actualmente, señaló, cultiva 110 hectáreas de arroz, lo cual es considerado “mucho para Japón”, pero muy poco en términos de extensión en la Argentina. Se esperanzó que para 2030 pueda alcanzar las 1000 hectáreas sembradas. Japón tiene un territorio muy reducido en cuanto a superficie cultivable y destacó que hay muchas montañas y bosques, lo que restringe aún más la superficie apta para la agricultura. Afirmó que apenas el 40% del territorio japonés es cultivable o explotable, lo que implica que la agricultura en ese país está concentrada en una fracción limitada del suelo nacional.

Según contó, a partir del intercambio que tuvo con productores argentinos decidió migrar a la siembra directa en arroz en seco, algo totalmente innovador en su país. Para eso, Tokumoto, agregó que “están usando maquinaria adaptada al clima y terreno japonés, que permite sembrar, fertilizar y aplicar pesticidas simultáneamente. Se utiliza mapeo satelital de suelos de los últimos 10 años para ajustar dosis de insumos según la fertilidad de cada zona”.

Por otra parte, agregó que el recubrimiento de semillas (coating) mejora la tasa de germinación y reduce la dosis de siembra a 20 kg/ha, es decir, un ahorro del 30% respecto al método tradicional.

En el control de malezas emplean “un herbicida selectivo que ataca solo las malezas y preserva las espigas de arroz”. Hacen aplicación dirigida con Boom Spray, algo inédito en muchos esquemas tradicionales japoneses. “Una de las innovaciones que estamos desarrollando es la modificación de ciertas características de los plantines. En este caso, lo que van a poder ver es que, para empezar, utilizamos menos cantidad de agua y aplicamos un bactericida que favorece el desarrollo de raíces más fuertes y mejora la eficiencia en la absorción de agua“, narró.

La siembra directa en Japón es muy novedosa y contó que han podido tener éxito, dado que este tipo de siembra también ha generado que el gobierno japonés esté atento a esta nueva forma de cultivo. “Estamos probando el uso de cultivos de cobertura para mantener la humedad del suelo, una práctica derivada de la agricultura conservacionista”, subrayó.

El productor señaló que la mayoría de los arroceros japoneses pierden dinero y sus explotaciones no son rentables. “Esta empresa, gracias a su tecnología y gestión, logra números positivos y busca transformar la economía del arroz en Japón“, afirmó.

También señaló que uno de los principales problemas que tienen es “la falta de infraestructura moderna”, ya que todo se construyó con trabajo manual de generaciones anteriores. Ahora, su país vive un cambio generacional y están tratando de buscar nuevas ideas. “El envejecimiento poblacional está dejando campos de arroz sin cultivar. Para ellos, esto es una oportunidad de expansión, porque pueden adquirir esas tierras y modernizar su producción”, sostuvo.

El productor, quien reside y tiene los campos en la prefectura de Tottori, es también youtuber y cantante, y usa su canal para difundir buenas prácticas agrícolas, combatir la desinformación y revalorizar el rol del productor arrocero. Contó que estuvo reunido recientemente con el ministro de agricultura japonés, Shinjirō Koizumi.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón quedó profundamente devastado. Fue necesario reconstruir no solo la infraestructura del país, sino también transformar por completo la forma de vida. En ese momento, los campos que había en Japón se subdividieron en pequeños y se fueron entregando a cada familia para que puedan explotarlo a nivel personal. Esto perduró por muchos años”, expresó.

Dijo que el problema ahora es que hay una alta población de personas mayores que ya no pueden producir cultivos. “En cambio, para nosotros esto representa una gran oportunidad, porque aquellas familias donde tienen a las personas mayores que ya no pueden seguir cultivando necesitan de algún modo despojarse de esas tierras, porque no tienen quien las continúe y para nosotros esto es una oportunidad de negocio donde podemos recolectar esa área de cultivo y hacer lo nuestro”, afirmó.

 Se trata de Shuichi Tokumoto, quien en su país revolucionó la producción de arroz tras conocer el sistema de siembra directa de los agricultores argentinos  LA NACION