Aumento: ¿de cuánto serán las retenciones a la soja a partir de julio?

A partir de mañana, primero de julio, volverán a subir las retenciones a la soja, el maíz, el girasol y el sorgo, luego de que venciera el esquema de reducción temporal vigente desde enero pasado. La soja pasará del 26 al 33% y el maíz y el sorgo de 9,5 a 12%. En tanto, la alícuota del girasol trepará del 5,5 a 7%.

En tanto, con el decreto 439/2025, del viernes pasado, se conoció que el trigo y la cebada seguirán con la tasa reducida del 9,5% hasta el 31 de marzo próximo. Ambos cultivos están en plena etapa de siembra. Para acceder a ese beneficio los exportadores deberán liquidar el 90% de las divisas dentro de los 30 días hábiles posteriores a la declaración de exportación (DJVE). Si no cumplen ese plazo, deberán pagar el 12%.

La soja, el maíz, el girasol y el sorgo no seguirán con el beneficio y esto generó malestar en el campo. La soja y el maíz, por ejemplo, son los cultivos de mayor producción y los que más aportan por retenciones. Juntos representan más del 90% de la recaudación impositiva del agro, y son el corazón del ingreso de divisas para el país. Por eso, el regreso a las alícuotas más altas significa una mayor presión fiscal sobre la producción agroindustrial.

Mes clave: fueron dos empresas líderes y en julio se definirá una parte importante de su futuro

Estos cultivos son clave por su volumen, su nivel de procesamiento y porque gran parte se exporta. El complejo sojero —grano, harina y aceite— es la principal fuente de dólares del país, y el maíz es fundamental tanto para el consumo interno como para exportación. Cambiar las reglas impositivas impacta directamente en la planificación, las ventas y la inversión de los productores.

El esquema reducido de retenciones se había lanzado a fines de enero, con carácter transitorio, y desde el comienzo se supo que vencía el 30 de junio. El objetivo del Gobierno era estimular la liquidación de divisas mientras atendía un reclamo en plena sequía en el campo. Según estimaciones privadas, junio podría cerrar con un ingreso de más de US$6000 millones, e incluso algunos calculan que podría llegar a US$7400 millones, lo que sería un récord para ese mes. También se registraron ventas al exterior por más de 21 millones de toneladas, más del doble de lo anotado en abril y mayo.

Ahora, con la suba de retenciones, el precio que recibe el productor podría bajar. Analistas calcularon que la soja podría pasar de $320.000 a $290.000 por tonelada. Por eso, muchos productores apuraron ventas en junio, y se espera que en julio haya una caída fuerte en la comercialización, mientras el mercado se ajusta. Algunos especulan que muchos retendrán mercadería esperando señales más claras o posibles cambios tras las elecciones legislativas de octubre.

¿Alivio o castigo? El Gobierno cambia las retenciones al agro

Desde Ciara-CEC destacaron que la prórroga en trigo y cebada “es el camino correcto para eliminar distorsiones”, aunque advirtieron que seguirán trabajando para lograr una reducción también en el complejo sojero. El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, fue contundente: “Las retenciones deben ser eliminadas definitivamente. Ese es el camino”.

El presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, también cuestionó la medida: “Las producciones de sorgo, girasol, maíz y soja vuelven al estado anterior. No se puede producir sin rentabilidad, y sin rentabilidad no hay inversión. Los números no cierran”. En la misma línea, Patricio Kilmurray, de Cartez, sostuvo: “Esto no son políticas agropecuarias, son parches con fecha de vencimiento que no resuelven nada. Lo que el campo necesita son reglas claras y previsibles”.

Finalmente, el exdiputado Alejandro “Topo” Rodríguez señaló que la suba de retenciones afecta al 93% de las exportaciones agrícolas, mientras que el 7% restante mantiene una rebaja temporal. También cuestionó que esos fondos no se coparticipan con las provincias, lo que —según dijo— refuerza el centralismo fiscal del Gobierno.

A partir de mañana, primero de julio, volverán a subir las retenciones a la soja, el maíz, el girasol y el sorgo, luego de que venciera el esquema de reducción temporal vigente desde enero pasado. La soja pasará del 26 al 33% y el maíz y el sorgo de 9,5 a 12%. En tanto, la alícuota del girasol trepará del 5,5 a 7%.

En tanto, con el decreto 439/2025, del viernes pasado, se conoció que el trigo y la cebada seguirán con la tasa reducida del 9,5% hasta el 31 de marzo próximo. Ambos cultivos están en plena etapa de siembra. Para acceder a ese beneficio los exportadores deberán liquidar el 90% de las divisas dentro de los 30 días hábiles posteriores a la declaración de exportación (DJVE). Si no cumplen ese plazo, deberán pagar el 12%.

La soja, el maíz, el girasol y el sorgo no seguirán con el beneficio y esto generó malestar en el campo. La soja y el maíz, por ejemplo, son los cultivos de mayor producción y los que más aportan por retenciones. Juntos representan más del 90% de la recaudación impositiva del agro, y son el corazón del ingreso de divisas para el país. Por eso, el regreso a las alícuotas más altas significa una mayor presión fiscal sobre la producción agroindustrial.

Mes clave: fueron dos empresas líderes y en julio se definirá una parte importante de su futuro

Estos cultivos son clave por su volumen, su nivel de procesamiento y porque gran parte se exporta. El complejo sojero —grano, harina y aceite— es la principal fuente de dólares del país, y el maíz es fundamental tanto para el consumo interno como para exportación. Cambiar las reglas impositivas impacta directamente en la planificación, las ventas y la inversión de los productores.

El esquema reducido de retenciones se había lanzado a fines de enero, con carácter transitorio, y desde el comienzo se supo que vencía el 30 de junio. El objetivo del Gobierno era estimular la liquidación de divisas mientras atendía un reclamo en plena sequía en el campo. Según estimaciones privadas, junio podría cerrar con un ingreso de más de US$6000 millones, e incluso algunos calculan que podría llegar a US$7400 millones, lo que sería un récord para ese mes. También se registraron ventas al exterior por más de 21 millones de toneladas, más del doble de lo anotado en abril y mayo.

Ahora, con la suba de retenciones, el precio que recibe el productor podría bajar. Analistas calcularon que la soja podría pasar de $320.000 a $290.000 por tonelada. Por eso, muchos productores apuraron ventas en junio, y se espera que en julio haya una caída fuerte en la comercialización, mientras el mercado se ajusta. Algunos especulan que muchos retendrán mercadería esperando señales más claras o posibles cambios tras las elecciones legislativas de octubre.

¿Alivio o castigo? El Gobierno cambia las retenciones al agro

Desde Ciara-CEC destacaron que la prórroga en trigo y cebada “es el camino correcto para eliminar distorsiones”, aunque advirtieron que seguirán trabajando para lograr una reducción también en el complejo sojero. El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, fue contundente: “Las retenciones deben ser eliminadas definitivamente. Ese es el camino”.

El presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, también cuestionó la medida: “Las producciones de sorgo, girasol, maíz y soja vuelven al estado anterior. No se puede producir sin rentabilidad, y sin rentabilidad no hay inversión. Los números no cierran”. En la misma línea, Patricio Kilmurray, de Cartez, sostuvo: “Esto no son políticas agropecuarias, son parches con fecha de vencimiento que no resuelven nada. Lo que el campo necesita son reglas claras y previsibles”.

Finalmente, el exdiputado Alejandro “Topo” Rodríguez señaló que la suba de retenciones afecta al 93% de las exportaciones agrícolas, mientras que el 7% restante mantiene una rebaja temporal. También cuestionó que esos fondos no se coparticipan con las provincias, lo que —según dijo— refuerza el centralismo fiscal del Gobierno.

 El Gobierno no continuará con la rebaja que tenía la oleaginosa y la alícuota pasará del 26 al 33%  LA NACION