La Liga Cordobesa de Fútbol tomó fuertes medidas disciplinarias luego de varios episodios de violencia registrados en los últimos partidos de las divisiones inferiores.
La decisión se oficializó en la reunión Nº 1973 del Comité Ejecutivo, realizada el pasado miércoles 6 de agosto en la sede de la institución.
Según el informe presentado por el directivo Daniel Giordano, en la 4ª división del encuentro entre Cafar y Universitario B se produjeron incidentes que derivaron en el descuento de tres puntos para ambos equipos.
A esto se sumaron problemas en la 5ª división de Cafar, cuando el director técnico ingresó al vestuario del árbitro acompañado de una persona no identificada, y un hecho similar en la 4ª de Las Flores, donde un padre retirado del estadio volvió a ingresar desobedeciendo las indicaciones de los dirigentes. En ambos casos, también se aplicaron sanciones de tres puntos.
A raíz de los reiterados problemas, la Liga decidió que las categorías 4ª, 5ª y 6ª de Cafar deberán jugar sus partidos de local a puertas cerradas, una medida destinada a garantizar la seguridad de jugadores, árbitros y público.
Desde la Liga Cordobesa, además de la sanción, se envió un claro mensaje de tolerancia cero frente a la violencia en el fútbol formativo, subrayando la importancia de la conducta responsable tanto de entrenadores como de familiares y dirigentes.
La Liga Cordobesa de Fútbol tomó fuertes medidas disciplinarias luego de varios episodios de violencia registrados en los últimos partidos de las divisiones inferiores.
La decisión se oficializó en la reunión Nº 1973 del Comité Ejecutivo, realizada el pasado miércoles 6 de agosto en la sede de la institución.
Según el informe presentado por el directivo Daniel Giordano, en la 4ª división del encuentro entre Cafar y Universitario B se produjeron incidentes que derivaron en el descuento de tres puntos para ambos equipos.
A esto se sumaron problemas en la 5ª división de Cafar, cuando el director técnico ingresó al vestuario del árbitro acompañado de una persona no identificada, y un hecho similar en la 4ª de Las Flores, donde un padre retirado del estadio volvió a ingresar desobedeciendo las indicaciones de los dirigentes. En ambos casos, también se aplicaron sanciones de tres puntos.
A raíz de los reiterados problemas, la Liga decidió que las categorías 4ª, 5ª y 6ª de Cafar deberán jugar sus partidos de local a puertas cerradas, una medida destinada a garantizar la seguridad de jugadores, árbitros y público.
Desde la Liga Cordobesa, además de la sanción, se envió un claro mensaje de tolerancia cero frente a la violencia en el fútbol formativo, subrayando la importancia de la conducta responsable tanto de entrenadores como de familiares y dirigentes.
La Liga Cordobesa de Fútbol tomó fuertes medidas disciplinarias luego de varios episodios de violencia registrados en los últimos partidos de las divisiones inferiores. La decisión se oficializó en la reunión Nº 1973 del Comité Ejecutivo, realizada el pasado miércoles 6 de agosto en la sede de la institución.Según el informe presentado por el directivo Daniel Giordano, en la 4ª división del encuentro entre Cafar y Universitario B se produjeron incidentes que derivaron en el descuento de tres puntos para ambos equipos. A esto se sumaron problemas en la 5ª división de Cafar, cuando el director técnico ingresó al vestuario del árbitro acompañado de una persona no identificada, y un hecho similar en la 4ª de Las Flores, donde un padre retirado del estadio volvió a ingresar desobedeciendo las indicaciones de los dirigentes. En ambos casos, también se aplicaron sanciones de tres puntos.A raíz de los reiterados problemas, la Liga decidió que las categorías 4ª, 5ª y 6ª de Cafar deberán jugar sus partidos de local a puertas cerradas, una medida destinada a garantizar la seguridad de jugadores, árbitros y público.Desde la Liga Cordobesa, además de la sanción, se envió un claro mensaje de tolerancia cero frente a la violencia en el fútbol formativo, subrayando la importancia de la conducta responsable tanto de entrenadores como de familiares y dirigentes. La Voz