Florencia Bonsegundo se apresta a disputar su cuarta Copa América con la selección argentina femenina, y en su espalda hay también dos Copas del Mundo. La experimentada volante ofensiva cordobesa llega con 31 años al evento sudamericano, en un equipo que poco se parece al del certamen anterior.
Allá por 2022, la Albiceleste se quedaba con el tercer lugar y abrochaba su pasaje directo al Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Cuatro años antes, Bonsegundo había sido capitana y heroína de la selección, que volvía a la máxima cita luego de 12 años. Fue clave en el repechaje con Panamá, marcando goles y permitiendo el renacimiento del fútbol femenino en el país. Apenas unos meses después, la AFA determinaría que la disciplina se volvería profesional en la primera división.
Pero ese camino hasta hoy tuvo muchos golpes, no tantas alegrías, y encontronazos que fueron desgastando a la oriunda de Morteros, al este de la provincia de Córdoba. Se inició a los 15 años en el camino de la celeste y blanca, donde ahora ya es líder, referente y figura.
Primeros años difíciles
Sus comienzos en Morteros la tuvieron jugando con varones en el club Roberto Colombo. Su arribo a la selección se dio, un poco por ser “caradura” y otro poco, por el inmenso talento con el que ya contaba. Y es que en su primera prueba en Ezeiza creyó escuchar que había quedado, viajó y su nombre no estaba en la lista. Sin embargo, la dejaron entrenar y a los pocos días le avisaron que vuelva.
Estuvo en torneos juveniles, la Copa América 2014, los Panamericanos 2015 y luego, en uno de los peores momentos de la disciplina.
Tras la muerte de Julio Grondona y tras los Panamericanos, llegaron dos años de abandono y desidia. Sin entrenador, sin viáticos, sin partidos, Bonsegundo la seguía rompiendo en UAI Urquiza.
En 2018 retomó la dirección técnica Carlos Borrello, quien había llevado al equipo a los Mundiales 2003 y 2007. La cordobesa fue convocada a la Copa América y luego al Mundial de Francia 2019, donde marcaría dos goles ante Escocia, en una remontada histórica: del 0-3 al 3-3. Pero tras ese torneo, vino el primer cortocircuito que la tuvo alejada de la Albiceleste.
Años afuera
Luego del Mundial se venían los Panamericanos y el entrenador decidió dejar afuera de la lista a referentes como Estefanía Banini, Belén Potassa y Ruth Bravo. Ellas, junto a Bonsegundo, habían elevado un reclamo para pedir el cambio de entrenador, y según ellas, fueron castigadas por eso. Si bien la cordobesa había sido convocada, se bajó en solidaridad con sus compañeras.
“Después del Mundial queríamos un cambio, pasaron cosas que solo sabíamos las que estábamos adentro. Todas estábamos de acuerdo y las referentes quedamos apartadas”, había dicho en Radio República de Morteros.
Pedían que, tras 23 años al mando del plantel, Carlos Borrello dejara de ser el entrenador. “Nosotras decimos que nunca renunciamos a la Selección, sino que queremos un cambio profundo en el fútbol femenino en Argentina. Esperemos que sea pronto. Lo que hicimos nosotras va a servir para las que vienen, en eso estamos tranquilas”, sostuvo en la misma entrevista.
Fueron varios los años que estuvo fuera, y hasta debió sufrir convocatorias “fantasmas” que la exponían frente a sus compañeras y el público. Fue en junio de 2021 y lo explicaba de esta forma.
“Fui convocada pero en hechos verdaderamente confusos. En la primera oportunidad estaba lesionada y fue muy raro que el cuerpo técnico no lo supiese. Luego, en la She Believes Cup yo no tenía visa y desde AFA ya sabían, pero la citación salió igual. Son cosas que siguen molestando. Sostengo que siempre sueño con jugar en la selección, es la camiseta que quiero defender, pero siguen pasando cosas que no se entienden”, había contado en Localía Femenina. Tras ello, Borrello se fue de la selección argentina y asumió Germán Portanova, entrenador que conocía muy bien a Bonsegundo.
Segundo ciclo
Debieron pasar dos años y medio para volver a ver a Florencia Bonsegundo con la camiseta de la selección. Con varias asperezas limadas y por su buena relación con el cuerpo técnico, en febrero de 2022 fue convocada para los amistosos ante Colombia. Ya dejó atrás el número 11 y lucía el 15, que la acompañaría desde allí para adelante.
Fue titular en la Copa América de ese año y marcó tres goles, uno frente a Paraguay, para liquidar el encuentro por el tercer puesto que selló el boleto directo al Mundial.
En Australia y Nueva Zelanda, la selección llegaba con expectativas de ganar por primera vez un partido en copas del mundo, pero se fue con las manos vacías.
Se perdió ante Italia (0-1) y ante Suecia (0-2), y empató ante Sudáfrica (2-2). Luego de ese encuentro, y con una lesión de ligamentos cruzados a cuestas, Bonsegundo publicó otro mensaje en redes dando por cerrado su ciclo en la selección argentina.
“No vamos a mentirnos, el fútbol femenino sí que ha crecido, pero el resto creció el doble y seguimos detrás. Seguimos lamentando algo que a este ritmo va a seguir costando alcanzar de verdad. ¡Hemos dejado la vara alta! Alta de luchar contra todos, alta de pedir respeto e igualdad, alta de pedir ayuda y ser ignoradas. Ojalá las futuras generaciones crezcan pensando en solo jugar al fútbol”, había publicado la cordobesa en sus redes sociales.
En ese momento, Bonsegundo estaba jugando en el Madrid CFF de la primera división española, fue operada apenas unos días después de regresar y estuvo un año haciendo la recuperación para volver a las canchas.
Last dance (último baile)
De forma inesperada y cuando nada hacía asomar que podía haber un tercer ciclo de la atacante cordobesa en la selección, su nombre apareció en la última convocatoria previa a la Copa América 2025, de cara a los dos amistosos ante Australia como visitante. Bonsegundo se sumaba a un plantel con mucho recambio, con otras jugadoras que habían renunciado y con el objetivo de pelear el certamen sudamericano. Ella, como referente, fue elegida por Portanova para liderar a este nuevo grupo.
Fue titular en ambos partidos y también formó parte de la convocatoria de 23 para el torneo en Ecuador, junto a otras dos coterráneas: Betina Soriano y Paulina Gramaglia.
“Pasó mucho tiempo ya después de la lesión y todo lo que me pasó. Siempre una esperó este cambio y creo que ahora es el momento. Debo admitir que fueron meses de mucha charla con Germán, con compañeras, con familia, con amigos, para decidir si volvía o no”, relató en una nota reciente.
“Era una decisión muy personal, pero a la vez escuchar a mi familia y a mis amigos lo que iba a hacerme bien a mí y tomé la decisión de estar. Es un nuevo proceso, hay muchas chicas nuevas, hay gente nueva en el cuerpo técnico, así que voy a apostar una vez más y a ayudar de donde me toque”, agregó en la misma entrevista.
Con respecto a cómo vivió la vuelta, la jugadora contó: “Le dije a Germán que estoy desde donde me toque, si me toca jugar o no jugar, hay muchas chicas nuevas y también estoy para acompañar ese proceso. Creo que viene bien para mí y para ellas. Estoy ansiosa y contenta, la selección siempre es lo más lindo, pero costó, yo había tenido esa distancia y la decisión de no volver por todo lo que me había pasado y la lesión fue la gota que rebalsó el vaso”, enfatizó.
De esta manera, una historia de renuncias y regresos suma un nuevo capítulo en la vida de Florencia Bonsegundo. Ahora buscará llegar lo más lejos posible con la Albiceleste, quien inicia su camino el próximo 16 de junio ante Uruguay. “Lo primero es ser yo, ser siempre la misma. Siempre me entrego al cien por cien, entreno al máximo y quiero jugar todo, pero no voy a especular”.
Florencia Bonsegundo se apresta a disputar su cuarta Copa América con la selección argentina femenina, y en su espalda hay también dos Copas del Mundo. La experimentada volante ofensiva cordobesa llega con 31 años al evento sudamericano, en un equipo que poco se parece al del certamen anterior.
Allá por 2022, la Albiceleste se quedaba con el tercer lugar y abrochaba su pasaje directo al Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Cuatro años antes, Bonsegundo había sido capitana y heroína de la selección, que volvía a la máxima cita luego de 12 años. Fue clave en el repechaje con Panamá, marcando goles y permitiendo el renacimiento del fútbol femenino en el país. Apenas unos meses después, la AFA determinaría que la disciplina se volvería profesional en la primera división.
Pero ese camino hasta hoy tuvo muchos golpes, no tantas alegrías, y encontronazos que fueron desgastando a la oriunda de Morteros, al este de la provincia de Córdoba. Se inició a los 15 años en el camino de la celeste y blanca, donde ahora ya es líder, referente y figura.
Primeros años difíciles
Sus comienzos en Morteros la tuvieron jugando con varones en el club Roberto Colombo. Su arribo a la selección se dio, un poco por ser “caradura” y otro poco, por el inmenso talento con el que ya contaba. Y es que en su primera prueba en Ezeiza creyó escuchar que había quedado, viajó y su nombre no estaba en la lista. Sin embargo, la dejaron entrenar y a los pocos días le avisaron que vuelva.
Estuvo en torneos juveniles, la Copa América 2014, los Panamericanos 2015 y luego, en uno de los peores momentos de la disciplina.
Tras la muerte de Julio Grondona y tras los Panamericanos, llegaron dos años de abandono y desidia. Sin entrenador, sin viáticos, sin partidos, Bonsegundo la seguía rompiendo en UAI Urquiza.
En 2018 retomó la dirección técnica Carlos Borrello, quien había llevado al equipo a los Mundiales 2003 y 2007. La cordobesa fue convocada a la Copa América y luego al Mundial de Francia 2019, donde marcaría dos goles ante Escocia, en una remontada histórica: del 0-3 al 3-3. Pero tras ese torneo, vino el primer cortocircuito que la tuvo alejada de la Albiceleste.
Años afuera
Luego del Mundial se venían los Panamericanos y el entrenador decidió dejar afuera de la lista a referentes como Estefanía Banini, Belén Potassa y Ruth Bravo. Ellas, junto a Bonsegundo, habían elevado un reclamo para pedir el cambio de entrenador, y según ellas, fueron castigadas por eso. Si bien la cordobesa había sido convocada, se bajó en solidaridad con sus compañeras.
“Después del Mundial queríamos un cambio, pasaron cosas que solo sabíamos las que estábamos adentro. Todas estábamos de acuerdo y las referentes quedamos apartadas”, había dicho en Radio República de Morteros.
Pedían que, tras 23 años al mando del plantel, Carlos Borrello dejara de ser el entrenador. “Nosotras decimos que nunca renunciamos a la Selección, sino que queremos un cambio profundo en el fútbol femenino en Argentina. Esperemos que sea pronto. Lo que hicimos nosotras va a servir para las que vienen, en eso estamos tranquilas”, sostuvo en la misma entrevista.
Fueron varios los años que estuvo fuera, y hasta debió sufrir convocatorias “fantasmas” que la exponían frente a sus compañeras y el público. Fue en junio de 2021 y lo explicaba de esta forma.
“Fui convocada pero en hechos verdaderamente confusos. En la primera oportunidad estaba lesionada y fue muy raro que el cuerpo técnico no lo supiese. Luego, en la She Believes Cup yo no tenía visa y desde AFA ya sabían, pero la citación salió igual. Son cosas que siguen molestando. Sostengo que siempre sueño con jugar en la selección, es la camiseta que quiero defender, pero siguen pasando cosas que no se entienden”, había contado en Localía Femenina. Tras ello, Borrello se fue de la selección argentina y asumió Germán Portanova, entrenador que conocía muy bien a Bonsegundo.
Segundo ciclo
Debieron pasar dos años y medio para volver a ver a Florencia Bonsegundo con la camiseta de la selección. Con varias asperezas limadas y por su buena relación con el cuerpo técnico, en febrero de 2022 fue convocada para los amistosos ante Colombia. Ya dejó atrás el número 11 y lucía el 15, que la acompañaría desde allí para adelante.
Fue titular en la Copa América de ese año y marcó tres goles, uno frente a Paraguay, para liquidar el encuentro por el tercer puesto que selló el boleto directo al Mundial.
En Australia y Nueva Zelanda, la selección llegaba con expectativas de ganar por primera vez un partido en copas del mundo, pero se fue con las manos vacías.
Se perdió ante Italia (0-1) y ante Suecia (0-2), y empató ante Sudáfrica (2-2). Luego de ese encuentro, y con una lesión de ligamentos cruzados a cuestas, Bonsegundo publicó otro mensaje en redes dando por cerrado su ciclo en la selección argentina.
“No vamos a mentirnos, el fútbol femenino sí que ha crecido, pero el resto creció el doble y seguimos detrás. Seguimos lamentando algo que a este ritmo va a seguir costando alcanzar de verdad. ¡Hemos dejado la vara alta! Alta de luchar contra todos, alta de pedir respeto e igualdad, alta de pedir ayuda y ser ignoradas. Ojalá las futuras generaciones crezcan pensando en solo jugar al fútbol”, había publicado la cordobesa en sus redes sociales.
En ese momento, Bonsegundo estaba jugando en el Madrid CFF de la primera división española, fue operada apenas unos días después de regresar y estuvo un año haciendo la recuperación para volver a las canchas.
Last dance (último baile)
De forma inesperada y cuando nada hacía asomar que podía haber un tercer ciclo de la atacante cordobesa en la selección, su nombre apareció en la última convocatoria previa a la Copa América 2025, de cara a los dos amistosos ante Australia como visitante. Bonsegundo se sumaba a un plantel con mucho recambio, con otras jugadoras que habían renunciado y con el objetivo de pelear el certamen sudamericano. Ella, como referente, fue elegida por Portanova para liderar a este nuevo grupo.
Fue titular en ambos partidos y también formó parte de la convocatoria de 23 para el torneo en Ecuador, junto a otras dos coterráneas: Betina Soriano y Paulina Gramaglia.
“Pasó mucho tiempo ya después de la lesión y todo lo que me pasó. Siempre una esperó este cambio y creo que ahora es el momento. Debo admitir que fueron meses de mucha charla con Germán, con compañeras, con familia, con amigos, para decidir si volvía o no”, relató en una nota reciente.
“Era una decisión muy personal, pero a la vez escuchar a mi familia y a mis amigos lo que iba a hacerme bien a mí y tomé la decisión de estar. Es un nuevo proceso, hay muchas chicas nuevas, hay gente nueva en el cuerpo técnico, así que voy a apostar una vez más y a ayudar de donde me toque”, agregó en la misma entrevista.
Con respecto a cómo vivió la vuelta, la jugadora contó: “Le dije a Germán que estoy desde donde me toque, si me toca jugar o no jugar, hay muchas chicas nuevas y también estoy para acompañar ese proceso. Creo que viene bien para mí y para ellas. Estoy ansiosa y contenta, la selección siempre es lo más lindo, pero costó, yo había tenido esa distancia y la decisión de no volver por todo lo que me había pasado y la lesión fue la gota que rebalsó el vaso”, enfatizó.
De esta manera, una historia de renuncias y regresos suma un nuevo capítulo en la vida de Florencia Bonsegundo. Ahora buscará llegar lo más lejos posible con la Albiceleste, quien inicia su camino el próximo 16 de junio ante Uruguay. “Lo primero es ser yo, ser siempre la misma. Siempre me entrego al cien por cien, entreno al máximo y quiero jugar todo, pero no voy a especular”.
Florencia Bonsegundo se apresta a disputar su cuarta Copa América con la selección argentina femenina, y en su espalda hay también dos Copas del Mundo. La experimentada volante ofensiva cordobesa llega con 31 años al evento sudamericano, en un equipo que poco se parece al del certamen anterior.Allá por 2022, la Albiceleste se quedaba con el tercer lugar y abrochaba su pasaje directo al Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Cuatro años antes, Bonsegundo había sido capitana y heroína de la selección, que volvía a la máxima cita luego de 12 años. Fue clave en el repechaje con Panamá, marcando goles y permitiendo el renacimiento del fútbol femenino en el país. Apenas unos meses después, la AFA determinaría que la disciplina se volvería profesional en la primera división.Pero ese camino hasta hoy tuvo muchos golpes, no tantas alegrías, y encontronazos que fueron desgastando a la oriunda de Morteros, al este de la provincia de Córdoba. Se inició a los 15 años en el camino de la celeste y blanca, donde ahora ya es líder, referente y figura.Primeros años difícilesSus comienzos en Morteros la tuvieron jugando con varones en el club Roberto Colombo. Su arribo a la selección se dio, un poco por ser “caradura” y otro poco, por el inmenso talento con el que ya contaba. Y es que en su primera prueba en Ezeiza creyó escuchar que había quedado, viajó y su nombre no estaba en la lista. Sin embargo, la dejaron entrenar y a los pocos días le avisaron que vuelva. Estuvo en torneos juveniles, la Copa América 2014, los Panamericanos 2015 y luego, en uno de los peores momentos de la disciplina. Tras la muerte de Julio Grondona y tras los Panamericanos, llegaron dos años de abandono y desidia. Sin entrenador, sin viáticos, sin partidos, Bonsegundo la seguía rompiendo en UAI Urquiza.En 2018 retomó la dirección técnica Carlos Borrello, quien había llevado al equipo a los Mundiales 2003 y 2007. La cordobesa fue convocada a la Copa América y luego al Mundial de Francia 2019, donde marcaría dos goles ante Escocia, en una remontada histórica: del 0-3 al 3-3. Pero tras ese torneo, vino el primer cortocircuito que la tuvo alejada de la Albiceleste.Años afueraLuego del Mundial se venían los Panamericanos y el entrenador decidió dejar afuera de la lista a referentes como Estefanía Banini, Belén Potassa y Ruth Bravo. Ellas, junto a Bonsegundo, habían elevado un reclamo para pedir el cambio de entrenador, y según ellas, fueron castigadas por eso. Si bien la cordobesa había sido convocada, se bajó en solidaridad con sus compañeras.“Después del Mundial queríamos un cambio, pasaron cosas que solo sabíamos las que estábamos adentro. Todas estábamos de acuerdo y las referentes quedamos apartadas”, había dicho en Radio República de Morteros.Pedían que, tras 23 años al mando del plantel, Carlos Borrello dejara de ser el entrenador. “Nosotras decimos que nunca renunciamos a la Selección, sino que queremos un cambio profundo en el fútbol femenino en Argentina. Esperemos que sea pronto. Lo que hicimos nosotras va a servir para las que vienen, en eso estamos tranquilas”, sostuvo en la misma entrevista.Fueron varios los años que estuvo fuera, y hasta debió sufrir convocatorias “fantasmas” que la exponían frente a sus compañeras y el público. Fue en junio de 2021 y lo explicaba de esta forma.“Fui convocada pero en hechos verdaderamente confusos. En la primera oportunidad estaba lesionada y fue muy raro que el cuerpo técnico no lo supiese. Luego, en la She Believes Cup yo no tenía visa y desde AFA ya sabían, pero la citación salió igual. Son cosas que siguen molestando. Sostengo que siempre sueño con jugar en la selección, es la camiseta que quiero defender, pero siguen pasando cosas que no se entienden”, había contado en Localía Femenina. Tras ello, Borrello se fue de la selección argentina y asumió Germán Portanova, entrenador que conocía muy bien a Bonsegundo.Segundo cicloDebieron pasar dos años y medio para volver a ver a Florencia Bonsegundo con la camiseta de la selección. Con varias asperezas limadas y por su buena relación con el cuerpo técnico, en febrero de 2022 fue convocada para los amistosos ante Colombia. Ya dejó atrás el número 11 y lucía el 15, que la acompañaría desde allí para adelante. Fue titular en la Copa América de ese año y marcó tres goles, uno frente a Paraguay, para liquidar el encuentro por el tercer puesto que selló el boleto directo al Mundial.En Australia y Nueva Zelanda, la selección llegaba con expectativas de ganar por primera vez un partido en copas del mundo, pero se fue con las manos vacías. Se perdió ante Italia (0-1) y ante Suecia (0-2), y empató ante Sudáfrica (2-2). Luego de ese encuentro, y con una lesión de ligamentos cruzados a cuestas, Bonsegundo publicó otro mensaje en redes dando por cerrado su ciclo en la selección argentina. “No vamos a mentirnos, el fútbol femenino sí que ha crecido, pero el resto creció el doble y seguimos detrás. Seguimos lamentando algo que a este ritmo va a seguir costando alcanzar de verdad. ¡Hemos dejado la vara alta! Alta de luchar contra todos, alta de pedir respeto e igualdad, alta de pedir ayuda y ser ignoradas. Ojalá las futuras generaciones crezcan pensando en solo jugar al fútbol”, había publicado la cordobesa en sus redes sociales.En ese momento, Bonsegundo estaba jugando en el Madrid CFF de la primera división española, fue operada apenas unos días después de regresar y estuvo un año haciendo la recuperación para volver a las canchas. Last dance (último baile)De forma inesperada y cuando nada hacía asomar que podía haber un tercer ciclo de la atacante cordobesa en la selección, su nombre apareció en la última convocatoria previa a la Copa América 2025, de cara a los dos amistosos ante Australia como visitante. Bonsegundo se sumaba a un plantel con mucho recambio, con otras jugadoras que habían renunciado y con el objetivo de pelear el certamen sudamericano. Ella, como referente, fue elegida por Portanova para liderar a este nuevo grupo.Fue titular en ambos partidos y también formó parte de la convocatoria de 23 para el torneo en Ecuador, junto a otras dos coterráneas: Betina Soriano y Paulina Gramaglia.“Pasó mucho tiempo ya después de la lesión y todo lo que me pasó. Siempre una esperó este cambio y creo que ahora es el momento. Debo admitir que fueron meses de mucha charla con Germán, con compañeras, con familia, con amigos, para decidir si volvía o no”, relató en una nota reciente.“Era una decisión muy personal, pero a la vez escuchar a mi familia y a mis amigos lo que iba a hacerme bien a mí y tomé la decisión de estar. Es un nuevo proceso, hay muchas chicas nuevas, hay gente nueva en el cuerpo técnico, así que voy a apostar una vez más y a ayudar de donde me toque”, agregó en la misma entrevista.Con respecto a cómo vivió la vuelta, la jugadora contó: “Le dije a Germán que estoy desde donde me toque, si me toca jugar o no jugar, hay muchas chicas nuevas y también estoy para acompañar ese proceso. Creo que viene bien para mí y para ellas. Estoy ansiosa y contenta, la selección siempre es lo más lindo, pero costó, yo había tenido esa distancia y la decisión de no volver por todo lo que me había pasado y la lesión fue la gota que rebalsó el vaso”, enfatizó.De esta manera, una historia de renuncias y regresos suma un nuevo capítulo en la vida de Florencia Bonsegundo. Ahora buscará llegar lo más lejos posible con la Albiceleste, quien inicia su camino el próximo 16 de junio ante Uruguay. “Lo primero es ser yo, ser siempre la misma. Siempre me entrego al cien por cien, entreno al máximo y quiero jugar todo, pero no voy a especular”. La Voz