Dogos XV: la noche de los abrazos del finalista por tercera vez

Ya había sonado la bocina que marcaba el final del tiempo reglamentario cuando el árbitro pitó y los abrazos inundaron los rincones dentro y fuera de la cancha. Se abrazaron los jugadores exhaustos en el terreno de juego y los que estaban en el banco “custodiando” a dos de sus soldados más valiosos (Cabral y Delgado dejaron la cancha por molestias). Se abrazaron Stéfano Ambrosio, el entrenador que siempre se queda al borde de la cancha, y el médico; también se abrazaron Diego Ghiglione y Nicolás Galatro desde su cabina en altura.

Fue noche de abrazos, de festejo y desahogo porque Dogos XV, que tuvo una temporada irregular, sacó su temple y se quedó, una vez más, con el boleto a la final del Súper Rugby Américas: la tercera al hilo.

La franquicia cordobesa derrotó a Pampas, en la cancha del Club Atlético San Isidro (Casi), por 27-21 y sumó su séptimo triunfo en nueve encuentros oficiales ante los porteños. La de anoche fue la segunda vez en la que lo eliminó de una semifinal, mientras que en 2024, en este mismo escenario, festejó su primer título.

El partido tuvo vaivenes, como los dirigidos por Nicolás Galatro a lo largo de la temporada, pero sacó a relucir su chapa de candidato y lo cerró sobre el final con un try de Leonardo Gea Salim. El salteño se convirtió en el héroe de la fría noche bonaerense.

En el primer tiempo, la visita golpeó rápidamente y, a los 5 minutos, apareció el imbatible Lautaro Cipriani; apoyó el primer try y la conversión de Baronio puso el marcador 7-0. Con un muy buen trabajo en el scrum, solidez en defensa y alta concentración, a los 14 volvió a traspasar el in goal rival. Fue “Tutín” Moyano y, otra vez, conversión del goleador para determinar un 14-0 que con el correr de los minutos comenzó a complicarse.

Apareció el local con un try de Inchauspe y otro de Albanese (este último sin conversión) para que el primer tiempo termine 14-12 para Dogos XV.

El segundo tiempo tuvo como protagonistas a los pateadores y las acciones fueron “palo y palo”. El apertura del equipo cordobés acertó dos e Inchauspe, el de Pampas, tres (marró uno), pero en la batalla en el campo de juego la franquicia cordobesa tuvo la paciencia necesaria para esperar el momento justo.

Y ese momento llegó a los 32 del complemento. “Leo” Gea Salim fue con toda su humanidad por una de las puntas y rompió la defensa. El centro salteño, que venía pidiendo su turno (tuvo incidencia en el de Cipriani), lo logró. Try, que no falló su conversión Baronio, para empezar a sentenciar el resultado.

Esos ocho minutos fueron de amagues de abrazos y euforia contenida. Pampas salió con todo a intentar dar vuelta la historia, pero no le alcanzó. A dos del final, Ignacio Inchauspe eligió palos cuando Dogos XV cometió penal, pero el 21-27 ya era inalcanzable. Esos últimos dos minutos ninguno se pudo quedar sentado; ni los jugadores en el banco, ni el grupo de familiares que se llegó a acompañar. Vinieron de Córdoba, de Mendoza, de Rosario, de Santiago del Estero y de Salta; se fundieron los acentos de cada provincia, se compartieron los mates en la previa y la emoción en el pos-partido.

La caravana emprenderá el regreso con la satisfacción de haber visto a la franquicia cordobesa ganar una nueva semifinal, la tercera al hilo. Llevarán sus banderas como tesoro porque en una semana volverán a desenfundarlas y la ronda se compartirá una vez más. Dogos XV está en una nueva final y la familia entera lo celebra.

Ya había sonado la bocina que marcaba el final del tiempo reglamentario cuando el árbitro pitó y los abrazos inundaron los rincones dentro y fuera de la cancha. Se abrazaron los jugadores exhaustos en el terreno de juego y los que estaban en el banco “custodiando” a dos de sus soldados más valiosos (Cabral y Delgado dejaron la cancha por molestias). Se abrazaron Stéfano Ambrosio, el entrenador que siempre se queda al borde de la cancha, y el médico; también se abrazaron Diego Ghiglione y Nicolás Galatro desde su cabina en altura.

Fue noche de abrazos, de festejo y desahogo porque Dogos XV, que tuvo una temporada irregular, sacó su temple y se quedó, una vez más, con el boleto a la final del Súper Rugby Américas: la tercera al hilo.

La franquicia cordobesa derrotó a Pampas, en la cancha del Club Atlético San Isidro (Casi), por 27-21 y sumó su séptimo triunfo en nueve encuentros oficiales ante los porteños. La de anoche fue la segunda vez en la que lo eliminó de una semifinal, mientras que en 2024, en este mismo escenario, festejó su primer título.

El partido tuvo vaivenes, como los dirigidos por Nicolás Galatro a lo largo de la temporada, pero sacó a relucir su chapa de candidato y lo cerró sobre el final con un try de Leonardo Gea Salim. El salteño se convirtió en el héroe de la fría noche bonaerense.

En el primer tiempo, la visita golpeó rápidamente y, a los 5 minutos, apareció el imbatible Lautaro Cipriani; apoyó el primer try y la conversión de Baronio puso el marcador 7-0. Con un muy buen trabajo en el scrum, solidez en defensa y alta concentración, a los 14 volvió a traspasar el in goal rival. Fue “Tutín” Moyano y, otra vez, conversión del goleador para determinar un 14-0 que con el correr de los minutos comenzó a complicarse.

Apareció el local con un try de Inchauspe y otro de Albanese (este último sin conversión) para que el primer tiempo termine 14-12 para Dogos XV.

El segundo tiempo tuvo como protagonistas a los pateadores y las acciones fueron “palo y palo”. El apertura del equipo cordobés acertó dos e Inchauspe, el de Pampas, tres (marró uno), pero en la batalla en el campo de juego la franquicia cordobesa tuvo la paciencia necesaria para esperar el momento justo.

Y ese momento llegó a los 32 del complemento. “Leo” Gea Salim fue con toda su humanidad por una de las puntas y rompió la defensa. El centro salteño, que venía pidiendo su turno (tuvo incidencia en el de Cipriani), lo logró. Try, que no falló su conversión Baronio, para empezar a sentenciar el resultado.

Esos ocho minutos fueron de amagues de abrazos y euforia contenida. Pampas salió con todo a intentar dar vuelta la historia, pero no le alcanzó. A dos del final, Ignacio Inchauspe eligió palos cuando Dogos XV cometió penal, pero el 21-27 ya era inalcanzable. Esos últimos dos minutos ninguno se pudo quedar sentado; ni los jugadores en el banco, ni el grupo de familiares que se llegó a acompañar. Vinieron de Córdoba, de Mendoza, de Rosario, de Santiago del Estero y de Salta; se fundieron los acentos de cada provincia, se compartieron los mates en la previa y la emoción en el pos-partido.

La caravana emprenderá el regreso con la satisfacción de haber visto a la franquicia cordobesa ganar una nueva semifinal, la tercera al hilo. Llevarán sus banderas como tesoro porque en una semana volverán a desenfundarlas y la ronda se compartirá una vez más. Dogos XV está en una nueva final y la familia entera lo celebra.

 Ya había sonado la bocina que marcaba el final del tiempo reglamentario cuando el árbitro pitó y los abrazos inundaron los rincones dentro y fuera de la cancha. Se abrazaron los jugadores exhaustos en el terreno de juego y los que estaban en el banco “custodiando” a dos de sus soldados más valiosos (Cabral y Delgado dejaron la cancha por molestias). Se abrazaron Stéfano Ambrosio, el entrenador que siempre se queda al borde de la cancha, y el médico; también se abrazaron Diego Ghiglione y Nicolás Galatro desde su cabina en altura. Fue noche de abrazos, de festejo y desahogo porque Dogos XV, que tuvo una temporada irregular, sacó su temple y se quedó, una vez más, con el boleto a la final del Súper Rugby Américas: la tercera al hilo. La franquicia cordobesa derrotó a Pampas, en la cancha del Club Atlético San Isidro (Casi), por 27-21 y sumó su séptimo triunfo en nueve encuentros oficiales ante los porteños. La de anoche fue la segunda vez en la que lo eliminó de una semifinal, mientras que en 2024, en este mismo escenario, festejó su primer título.El partido tuvo vaivenes, como los dirigidos por Nicolás Galatro a lo largo de la temporada, pero sacó a relucir su chapa de candidato y lo cerró sobre el final con un try de Leonardo Gea Salim. El salteño se convirtió en el héroe de la fría noche bonaerense. En el primer tiempo, la visita golpeó rápidamente y, a los 5 minutos, apareció el imbatible Lautaro Cipriani; apoyó el primer try y la conversión de Baronio puso el marcador 7-0. Con un muy buen trabajo en el scrum, solidez en defensa y alta concentración, a los 14 volvió a traspasar el in goal rival. Fue “Tutín” Moyano y, otra vez, conversión del goleador para determinar un 14-0 que con el correr de los minutos comenzó a complicarse. Apareció el local con un try de Inchauspe y otro de Albanese (este último sin conversión) para que el primer tiempo termine 14-12 para Dogos XV.El segundo tiempo tuvo como protagonistas a los pateadores y las acciones fueron “palo y palo”. El apertura del equipo cordobés acertó dos e Inchauspe, el de Pampas, tres (marró uno), pero en la batalla en el campo de juego la franquicia cordobesa tuvo la paciencia necesaria para esperar el momento justo.Y ese momento llegó a los 32 del complemento. “Leo” Gea Salim fue con toda su humanidad por una de las puntas y rompió la defensa. El centro salteño, que venía pidiendo su turno (tuvo incidencia en el de Cipriani), lo logró. Try, que no falló su conversión Baronio, para empezar a sentenciar el resultado. Esos ocho minutos fueron de amagues de abrazos y euforia contenida. Pampas salió con todo a intentar dar vuelta la historia, pero no le alcanzó. A dos del final, Ignacio Inchauspe eligió palos cuando Dogos XV cometió penal, pero el 21-27 ya era inalcanzable. Esos últimos dos minutos ninguno se pudo quedar sentado; ni los jugadores en el banco, ni el grupo de familiares que se llegó a acompañar. Vinieron de Córdoba, de Mendoza, de Rosario, de Santiago del Estero y de Salta; se fundieron los acentos de cada provincia, se compartieron los mates en la previa y la emoción en el pos-partido. La caravana emprenderá el regreso con la satisfacción de haber visto a la franquicia cordobesa ganar una nueva semifinal, la tercera al hilo. Llevarán sus banderas como tesoro porque en una semana volverán a desenfundarlas y la ronda se compartirá una vez más. Dogos XV está en una nueva final y la familia entera lo celebra.  La Voz

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