El básquet de Instituto y el arte de buscar, de creer y de poder

Juan Manuel Cavagliatto, con el apoyo de su familia, se propuso poner a Instituto en lo más alto del básquet argentino. Seguía el camino iniciado por su padre Mario, quien llevó a Gloria del torneo local al provincial, para después dar el salto nacional.

En 10 años en la máxima categoría (ascendió en 2015), Instituto jugará su cuarta final. Vaya si consiguió Cavagliatto llevar a “sus” colores bien arriba. En épocas muy difíciles para el básquet argentino, y para el país, Instituto llegó a lo más alto otra vez. Se mantiene bien arriba, siempre competitivo.

Para conseguirlo, el presidente encontró al socio ideal, Lucas Victoriano. “Somos el hambre con las ganas de comer”, describió el entrenador, a poco de llegar a Alta Córdoba, a la unión con el dirigente.

Cavagliatto quería ver a Instituto campeón de la Liga. Victoriano buscaba su primer título en su incipiente carrera de técnico. Ya se había consagrado como jugador.

Juntos, armaron una unión victoriosa. En el primer año de Victoriano al frente del banco, Instituto conquistó su primera, y hasta ahora única, Liga Nacional, en la temporada 2021/2022. También se coronó en el Super 20 (2021).

Cambiando nombres en el equipo, llegaron nuevos festejos como la Supercopa de la Liga (2022) y la Liga Sudamericana, a finales de 2023.

Y también importante, resaltable, más allá de los títulos, se ganó el respeto del básquet argentino. Y vigencia. Instituto jugará su tercera final en la Liga Nacional en los últimos cuatro años. No se bajó del podio en estas campañas con el entrenador tucumano en el banco, desde su llegada en 2021. Y pese a que en las últimas dos temporadas estuvo obligado a meter mano en el plantel. A cambiar los protagonistas. Con distintos nombres y hombres, el Albirrojo sigue arriba, competitivo. Otra vez se enfrenta en la definición de la Liga Nacional a Boca, el poderoso Boca. El campeón.

Un rival repetido

La Gloria y el Xeneize son protagonistas de las últimas definiciones, en el país y también en el extranjero. Y con ventaja de Boca, que eliminó al Albirrojo en las semifinales de 2022/2023 y le ganó la final de la Liga pasada, la 2023/2024. También midieron fuerzas en el partido semifinal de la última Basketball Champions League Americas (BCLA), con una ajustada victoria de Boca en Brasil. Los dos clubes ya están clasificados a la próxima BCLA.

Instituto, de atrás, con fe y capacidad

La realidad marca que Instituto perdió los últimos ocho enfrentamientos con Boca, cuatro por la final de la campaña pasada y los dos duelos de la fase regular de la presente temporada. También el Xeneize se impuso en la final de la Copa Súper 20 (en Rosario) y el citado encuentro por Champions en Rio de Janeiro.

Boca, número uno de la fase regular, es el máximo candidato al título, y cuenta con la ventaja del factor cancha en la final que se viene. Tiene un plantel largo, de primer nivel, con jugadores con experiencia, más el Jugador Más Valioso de la fase regular, el cordobés José Vildoza, y el basquetbolista “plus”, Santiago Scala. Pero Instituto tiene fe, además de talento y capacidad técnica-táctica. Primero, para ser competitivo en la definición y, después, para alzarse con la victoria, más allá de lo difícil de la meta.

El Albirrojo necesita como nunca encontrar la regularidad, que tanto le costó en la temporada, para dar la batalla. Tiene en su ADN defensivo el punto de apoyo para construir sus creencias en la final que asumirá contra Boca. En “el hambre con las ganas de comer” de la dupla Victoriano-Cavagliatto está la fe inquebrantable de Instituto.

Juan Manuel Cavagliatto, con el apoyo de su familia, se propuso poner a Instituto en lo más alto del básquet argentino. Seguía el camino iniciado por su padre Mario, quien llevó a Gloria del torneo local al provincial, para después dar el salto nacional.

En 10 años en la máxima categoría (ascendió en 2015), Instituto jugará su cuarta final. Vaya si consiguió Cavagliatto llevar a “sus” colores bien arriba. En épocas muy difíciles para el básquet argentino, y para el país, Instituto llegó a lo más alto otra vez. Se mantiene bien arriba, siempre competitivo.

Para conseguirlo, el presidente encontró al socio ideal, Lucas Victoriano. “Somos el hambre con las ganas de comer”, describió el entrenador, a poco de llegar a Alta Córdoba, a la unión con el dirigente.

Cavagliatto quería ver a Instituto campeón de la Liga. Victoriano buscaba su primer título en su incipiente carrera de técnico. Ya se había consagrado como jugador.

Juntos, armaron una unión victoriosa. En el primer año de Victoriano al frente del banco, Instituto conquistó su primera, y hasta ahora única, Liga Nacional, en la temporada 2021/2022. También se coronó en el Super 20 (2021).

Cambiando nombres en el equipo, llegaron nuevos festejos como la Supercopa de la Liga (2022) y la Liga Sudamericana, a finales de 2023.

Y también importante, resaltable, más allá de los títulos, se ganó el respeto del básquet argentino. Y vigencia. Instituto jugará su tercera final en la Liga Nacional en los últimos cuatro años. No se bajó del podio en estas campañas con el entrenador tucumano en el banco, desde su llegada en 2021. Y pese a que en las últimas dos temporadas estuvo obligado a meter mano en el plantel. A cambiar los protagonistas. Con distintos nombres y hombres, el Albirrojo sigue arriba, competitivo. Otra vez se enfrenta en la definición de la Liga Nacional a Boca, el poderoso Boca. El campeón.

Un rival repetido

La Gloria y el Xeneize son protagonistas de las últimas definiciones, en el país y también en el extranjero. Y con ventaja de Boca, que eliminó al Albirrojo en las semifinales de 2022/2023 y le ganó la final de la Liga pasada, la 2023/2024. También midieron fuerzas en el partido semifinal de la última Basketball Champions League Americas (BCLA), con una ajustada victoria de Boca en Brasil. Los dos clubes ya están clasificados a la próxima BCLA.

Instituto, de atrás, con fe y capacidad

La realidad marca que Instituto perdió los últimos ocho enfrentamientos con Boca, cuatro por la final de la campaña pasada y los dos duelos de la fase regular de la presente temporada. También el Xeneize se impuso en la final de la Copa Súper 20 (en Rosario) y el citado encuentro por Champions en Rio de Janeiro.

Boca, número uno de la fase regular, es el máximo candidato al título, y cuenta con la ventaja del factor cancha en la final que se viene. Tiene un plantel largo, de primer nivel, con jugadores con experiencia, más el Jugador Más Valioso de la fase regular, el cordobés José Vildoza, y el basquetbolista “plus”, Santiago Scala. Pero Instituto tiene fe, además de talento y capacidad técnica-táctica. Primero, para ser competitivo en la definición y, después, para alzarse con la victoria, más allá de lo difícil de la meta.

El Albirrojo necesita como nunca encontrar la regularidad, que tanto le costó en la temporada, para dar la batalla. Tiene en su ADN defensivo el punto de apoyo para construir sus creencias en la final que asumirá contra Boca. En “el hambre con las ganas de comer” de la dupla Victoriano-Cavagliatto está la fe inquebrantable de Instituto.

 Juan Manuel Cavagliatto, con el apoyo de su familia, se propuso poner a Instituto en lo más alto del básquet argentino. Seguía el camino iniciado por su padre Mario, quien llevó a Gloria del torneo local al provincial, para después dar el salto nacional. En 10 años en la máxima categoría (ascendió en 2015), Instituto jugará su cuarta final. Vaya si consiguió Cavagliatto llevar a “sus” colores bien arriba. En épocas muy difíciles para el básquet argentino, y para el país, Instituto llegó a lo más alto otra vez. Se mantiene bien arriba, siempre competitivo.Para conseguirlo, el presidente encontró al socio ideal, Lucas Victoriano. “Somos el hambre con las ganas de comer”, describió el entrenador, a poco de llegar a Alta Córdoba, a la unión con el dirigente.Cavagliatto quería ver a Instituto campeón de la Liga. Victoriano buscaba su primer título en su incipiente carrera de técnico. Ya se había consagrado como jugador.Juntos, armaron una unión victoriosa. En el primer año de Victoriano al frente del banco, Instituto conquistó su primera, y hasta ahora única, Liga Nacional, en la temporada 2021/2022. También se coronó en el Super 20 (2021).Cambiando nombres en el equipo, llegaron nuevos festejos como la Supercopa de la Liga (2022) y la Liga Sudamericana, a finales de 2023. Y también importante, resaltable, más allá de los títulos, se ganó el respeto del básquet argentino. Y vigencia. Instituto jugará su tercera final en la Liga Nacional en los últimos cuatro años. No se bajó del podio en estas campañas con el entrenador tucumano en el banco, desde su llegada en 2021. Y pese a que en las últimas dos temporadas estuvo obligado a meter mano en el plantel. A cambiar los protagonistas. Con distintos nombres y hombres, el Albirrojo sigue arriba, competitivo. Otra vez se enfrenta en la definición de la Liga Nacional a Boca, el poderoso Boca. El campeón.Un rival repetidoLa Gloria y el Xeneize son protagonistas de las últimas definiciones, en el país y también en el extranjero. Y con ventaja de Boca, que eliminó al Albirrojo en las semifinales de 2022/2023 y le ganó la final de la Liga pasada, la 2023/2024. También midieron fuerzas en el partido semifinal de la última Basketball Champions League Americas (BCLA), con una ajustada victoria de Boca en Brasil. Los dos clubes ya están clasificados a la próxima BCLA.Instituto, de atrás, con fe y capacidadLa realidad marca que Instituto perdió los últimos ocho enfrentamientos con Boca, cuatro por la final de la campaña pasada y los dos duelos de la fase regular de la presente temporada. También el Xeneize se impuso en la final de la Copa Súper 20 (en Rosario) y el citado encuentro por Champions en Rio de Janeiro.Boca, número uno de la fase regular, es el máximo candidato al título, y cuenta con la ventaja del factor cancha en la final que se viene. Tiene un plantel largo, de primer nivel, con jugadores con experiencia, más el Jugador Más Valioso de la fase regular, el cordobés José Vildoza, y el basquetbolista “plus”, Santiago Scala. Pero Instituto tiene fe, además de talento y capacidad técnica-táctica. Primero, para ser competitivo en la definición y, después, para alzarse con la victoria, más allá de lo difícil de la meta.El Albirrojo necesita como nunca encontrar la regularidad, que tanto le costó en la temporada, para dar la batalla. Tiene en su ADN defensivo el punto de apoyo para construir sus creencias en la final que asumirá contra Boca. En “el hambre con las ganas de comer” de la dupla Victoriano-Cavagliatto está la fe inquebrantable de Instituto.  La Voz