El caso de los dos conductores rusos que se atrincheraron en sus autos diplomáticos y se negaron a hacerse un control de alcoholemia abrió una amplia discusión legal sobre los alcances de las leyes que deben obedecer y hasta dónde llega la inmunidad de los representantes de otros países. Mientras que desde la embajada de aquel país consideraron el hecho “como una grave violación del derecho internacional”, especialistas en la materia respaldaron el accionar de los agentes de tránsito y desestimaron la posibilidad de un conflicto.
“Hay que aclarar que los diplomáticos no tenemos impunidad, la inmunidad es muy limitada y tenemos que cumplir con las normas, estar sujetos a las multas si estacionamos mal. Todo eso es un dato de sentido común, la norma internacional no cubre eso”, apuntó Diego Guelar, el exembajador en Estados Unidos, Brasil, China y la Unión Europea.
“Si tienen orden de detención, lo primero que tienen que hacer los diplomáticos es pararse e identificarse personalmente, mostrar la documentación para acreditar que el auto es un vehículo diplomático y esto tiene que ser hecho”, señaló Guelar quien advirtió sobre la “falta” de los conductores. “Podría negarse al test de alcoholemia, en cuyo caso también tendrá la misma presunción y luego tendrá que pagar la multa. Lo que no puede ser, es detenido, eso es lo único”, explicó luego en relación con los derechos que tienen los representantes de otros países.
En ese sentido, el exembajador fundamentó su respuesta basándose en el artículo 41 de la Convención de Viena, el cual establece que todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del país receptor. “La orden que tiene todo diplomático es colaborar y someterse a la legislación local. Esa es la instrucción, después puede haber matices”, destacó al respecto.
Por otro lado, Guelar desestimó cualquier tipo de irregularidad en el procedimiento llevado adelante por los agentes de tránsito. “Lo pueden detener porque forma parte de la seguridad pública que la gente no tome. Pueden pararlo, él tiene derecho a identificarse y tiene la posibilidad de negarse en ejercicio de su condición de diplomático. Efectivamente, al negarse está confirmando que está con exceso de alcohol”, completó.
En ese sentido, Guelar sostuvo que si bien en este tipo de situaciones los diplomáticos cuentan con la inmunidad de no ser detenidos, es factible que sean acompañados hasta la embajada donde las autoridades pueden labrarles un acta. Tal fue el caso de los dos conductores, quienes fueron escoltados hacia la embajada de Rusia por el departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal.
Allí, se les exigió la presentación de documentación identificatoria propia y del vehículo y la realización de un test de alcoholemia. “El primero de ellos firmó y presentó la negativa de acta y papeles, por lo que fue liberado, mientras que por el momento el otro diplomático todavía no lo hizo”, informó un efectivo de la Policía de la Ciudad.
Fuentes policiales aclararon a este medio que el hecho de negarse a hacer un test de alcoholemia no es un derecho, sino una posibilidad que deriva en una presunción de resultado positivo, que incluso agrava la multa que recae sobre los implicados.
“Lo que hicieron fue ir y hacer el control dentro de su jurisdicción, que es la embajada, pero la multa y el acarreo, si existió, lo van a tener que pagar. Y eso va a derivar en un proceso judicial que va a determinar la gravedad, pero bajo ningún aspecto va a escalar en un conflicto diplomático”, aseguró, en tanto, el abogado penalista Gastón Francone al ser consultado en LN+ por esta cuestión.
Sin embargo, el accionar de las autoridades argentinas fue puesto en tela de juicio por la Embajada rusa, la cual consideró el episodio como “una grave violación al derecho internacional”.
El Primer Secretario de la Embajada de Rusia en el país habló con la prensa en medio del escándalo y sostuvo los dos conductores no se sometieron al control porque estaban dentro de un auto diplomático.
En esa misma línea, la delegada internacional de la colectividad rusa, Silvina Jarmoluk, denunció ante LN+ que los conductores fueron tratados por la policía y los vecinos con “un tono despectivo”. Además, la mujer exigió que se averigüe más sobre los motivos que llevan a la embajada a tomar la decisión de que sus diplomáticos se nieguen a hacer el test.
El caso
El hecho ocurrió esta mañana pasadas las 10 cuando un conductor con auto diplomático ruso fue detenido por agentes de tránsito quienes le solicitaron que se someta a control de alcoholemia. Ante la negativa del hombre, se solicitó la intervención de la Policía de la Ciudad y de la Federal.
Según las primeras informaciones, el hombre, que dijo ser “diplomático”, no quiso presentar los papeles de su auto, así como tampoco someterse al control de alcoholemia que se realiza en la Ciudad desde el martes 24 de diciembre por los festejos de Nochebuena y Navidad.
El primero de los involucrados, identificado como Sergei Baldín, estuvo más de dos horas custodiado en el operativo en el barrio porteño de Recoleta, hasta que, después de varias comunicaciones entre las autoridades nacionales y rusas, fue trasladado hasta la Embajada.
Media hora después, Salomatin Cardmth, también con un auto con chapa diplomática fue demorado en el mismo control en Recoleta. En este caso, el hombre fue escoltado más rápido hacia la Embajada de Rusia donde se llevaron adelante las actuaciones correspondientes.
El caso de los dos conductores rusos que se atrincheraron en sus autos diplomáticos y se negaron a hacerse un control de alcoholemia abrió una amplia discusión legal sobre los alcances de las leyes que deben obedecer y hasta dónde llega la inmunidad de los representantes de otros países. Mientras que desde la embajada de aquel país consideraron el hecho “como una grave violación del derecho internacional”, especialistas en la materia respaldaron el accionar de los agentes de tránsito y desestimaron la posibilidad de un conflicto.
“Hay que aclarar que los diplomáticos no tenemos impunidad, la inmunidad es muy limitada y tenemos que cumplir con las normas, estar sujetos a las multas si estacionamos mal. Todo eso es un dato de sentido común, la norma internacional no cubre eso”, apuntó Diego Guelar, el exembajador en Estados Unidos, Brasil, China y la Unión Europea.
“Si tienen orden de detención, lo primero que tienen que hacer los diplomáticos es pararse e identificarse personalmente, mostrar la documentación para acreditar que el auto es un vehículo diplomático y esto tiene que ser hecho”, señaló Guelar quien advirtió sobre la “falta” de los conductores. “Podría negarse al test de alcoholemia, en cuyo caso también tendrá la misma presunción y luego tendrá que pagar la multa. Lo que no puede ser, es detenido, eso es lo único”, explicó luego en relación con los derechos que tienen los representantes de otros países.
En ese sentido, el exembajador fundamentó su respuesta basándose en el artículo 41 de la Convención de Viena, el cual establece que todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del país receptor. “La orden que tiene todo diplomático es colaborar y someterse a la legislación local. Esa es la instrucción, después puede haber matices”, destacó al respecto.
Por otro lado, Guelar desestimó cualquier tipo de irregularidad en el procedimiento llevado adelante por los agentes de tránsito. “Lo pueden detener porque forma parte de la seguridad pública que la gente no tome. Pueden pararlo, él tiene derecho a identificarse y tiene la posibilidad de negarse en ejercicio de su condición de diplomático. Efectivamente, al negarse está confirmando que está con exceso de alcohol”, completó.
En ese sentido, Guelar sostuvo que si bien en este tipo de situaciones los diplomáticos cuentan con la inmunidad de no ser detenidos, es factible que sean acompañados hasta la embajada donde las autoridades pueden labrarles un acta. Tal fue el caso de los dos conductores, quienes fueron escoltados hacia la embajada de Rusia por el departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal.
Allí, se les exigió la presentación de documentación identificatoria propia y del vehículo y la realización de un test de alcoholemia. “El primero de ellos firmó y presentó la negativa de acta y papeles, por lo que fue liberado, mientras que por el momento el otro diplomático todavía no lo hizo”, informó un efectivo de la Policía de la Ciudad.
Fuentes policiales aclararon a este medio que el hecho de negarse a hacer un test de alcoholemia no es un derecho, sino una posibilidad que deriva en una presunción de resultado positivo, que incluso agrava la multa que recae sobre los implicados.
“Lo que hicieron fue ir y hacer el control dentro de su jurisdicción, que es la embajada, pero la multa y el acarreo, si existió, lo van a tener que pagar. Y eso va a derivar en un proceso judicial que va a determinar la gravedad, pero bajo ningún aspecto va a escalar en un conflicto diplomático”, aseguró, en tanto, el abogado penalista Gastón Francone al ser consultado en LN+ por esta cuestión.
Sin embargo, el accionar de las autoridades argentinas fue puesto en tela de juicio por la Embajada rusa, la cual consideró el episodio como “una grave violación al derecho internacional”.
El Primer Secretario de la Embajada de Rusia en el país habló con la prensa en medio del escándalo y sostuvo los dos conductores no se sometieron al control porque estaban dentro de un auto diplomático.
En esa misma línea, la delegada internacional de la colectividad rusa, Silvina Jarmoluk, denunció ante LN+ que los conductores fueron tratados por la policía y los vecinos con “un tono despectivo”. Además, la mujer exigió que se averigüe más sobre los motivos que llevan a la embajada a tomar la decisión de que sus diplomáticos se nieguen a hacer el test.
El caso
El hecho ocurrió esta mañana pasadas las 10 cuando un conductor con auto diplomático ruso fue detenido por agentes de tránsito quienes le solicitaron que se someta a control de alcoholemia. Ante la negativa del hombre, se solicitó la intervención de la Policía de la Ciudad y de la Federal.
Según las primeras informaciones, el hombre, que dijo ser “diplomático”, no quiso presentar los papeles de su auto, así como tampoco someterse al control de alcoholemia que se realiza en la Ciudad desde el martes 24 de diciembre por los festejos de Nochebuena y Navidad.
El primero de los involucrados, identificado como Sergei Baldín, estuvo más de dos horas custodiado en el operativo en el barrio porteño de Recoleta, hasta que, después de varias comunicaciones entre las autoridades nacionales y rusas, fue trasladado hasta la Embajada.
Media hora después, Salomatin Cardmth, también con un auto con chapa diplomática fue demorado en el mismo control en Recoleta. En este caso, el hombre fue escoltado más rápido hacia la Embajada de Rusia donde se llevaron adelante las actuaciones correspondientes.
Según el exembajador Diego Guelar debe respetarse la legislación local, ya que “la norma internacional no cubre eso”; qué dice la Ciudad LA NACION