El significado de dirigir a Instituto para Diego Vadell, la vara dejada por Victoriano y cómo le gusta jugar

Diego Vadell, el flamante entrenador de Instituto, espera en su casa de San José, en Entre Ríos, al lado de Colón, para comenzar su tarea. La semana próxima llegará a Alta Córdoba para seguir adelante con los trabajos previos al inicio de la pretemporada. El adelantamiento del inicio de la Liga Nacional para el 24 de septiembre obligó a apurar los tiempos de preparación en la Gloria, que todavía no tiene completo el equipo.

Vadell habló por primera vez como técnico del club de Alta Córdoba. “Me puso muy contento que Instituto piense en mí, un equipo top de la Liga Nacional que viene de jugar las dos últimas finales. Me enorgullece”, confesó a La Voz.

“Es un club grande que siempre quiere protagonizar todo lo que juega. Eso como entrenador te levanta la autoestima, digamos. Porque es lo que uno pretende siempre. Es como que coincide el deseo con con la realidad. Entonces, eso me predispone de manera óptima para desarrollarme y para tratar de hacer lo mejor”, agregó el entrenador nacido el 18 de octubre de 1969 en Las Rosas, Santa Fe.

“Estoy en un momento de madurez, tengo una edad que he vivido muchas cosas y y lo único que quiero es competir para ver y tratar de ganar, ganar cosas. Siempre estuve en el límite de poder ganar algo y nunca poder ganar nada y que te llame un club como Instituto que siempre está en esos límites, te da la oportunidad de estar en los lugares importantes donde se puede ganar algo”, aseguró Vadell.

“Coincide un poco la madurez que siento yo como entrenador y la oportunidad que me da Instituto”, profundizó.

-¿Cómo es llegar a un club que tiene tan alta la vara?

-Claro. Lo que hizo Lucas Victoriano en estas cuatro temporadas dejó la vara altísima, pero ojalá me contraten siempre clubes que tengan la vara alta. Yo no quiero ir a un lugar con la vara baja. Es una exigencia, pero digamos que uno como entrenador se exige en cualquier lado al que va. Uno tendrá la vara alta, otro no, pero uno se exige al máximo para mantener o superar lo que había antes. Esa es un poco siempre la mentalidad que tengo. Después vienen las realidades, pero no puede predecir el futuro. Sí se puede soñar, porque si vos no soñas, no sabes ni dónde vas. Eso es lo más importante. Tienes que haber un sueño para saber cuál es el camino y a qué lugar te queres dirigir.

-¿Cómo juegan los equipos de Vadell o cómo proyectas que va a jugar tu Instituto?

-Me faltan algunas piezas para pensar en cómo vamos a jugar, pero si un poco mis equipos marcan la manera en que me gusta como juguemos. Yo me baso mucho también en el personal que tiene cada equipo, por supuesto siempre con la idea que tengo como entrenador, que es muy importante porque si no tenés una idea afianzada en tu cabeza es imposible transmitirla. Tenés una idea general e vamos a decir, haciendo una analogía futbolística, están los equipos que esperan o los equipos que protagonizan, diría Bielsa. Es mucho más fácil si vos tenés siempre una idea de protagonizar, puede un equipo pasar a especular, pero lo podés hacer en un minuto, sino perdés tu esencia. Es un poco eso, la esencia que tienen mis equipos es con lectura de juego, tomar los mejores tiros posible para que la eficiencia crezca, jugar con jugadores abiertos y con mucha movilidad en en ofensiva, con defensa agresiva. Me viene muy bien este Instituto que dejó Lucas con esa defensa agresiva que tiene, porque es lo que me gusta a mí, así que puede continuar desde algún lugar, desde alguna base, sobre todo porque hay muchos jugadores que quedan en el equipo con esas características.

-¿Te gusta…?

-Me gusta la belleza, me gusta que juguemos bien al básquet. Que reconozcamos las situaciones, y podamos agregarle un poco de calidad y que sea lindo de ver. Eso siempre lo pregono y lo busco. Yo creo que los equipos que juegan bien tienen que hacer cuatro o cinco cosas en común como defender fuerte, pasarse bien la pelota, reconocer la ventajas del rival, y tener el espíritu fuerte en los momentos difíciles. Eso son algunas pequeñas cosas que coinciden en todos los equipos que juegan bien.

-Hablaste del fútbol, ¿Sos futbolero?

-No, lamentable no. Miro mucho a entrenadores de fútbol en entrevistas porque me interesa la gestión, las ideas, la metodología. No soy nada futbolero. Puedo mirar a la selección argentina en un Mundial, pero no soy nada futbolero y voy a un club de fútbol. El básquet es tan frenético que a veces el fútbol, no es que me disgusta el juego, pero a veces es tan lento el juego que me pone un poco ansioso.

-Capaz que acá en Instituto te conviertas en futbolero

-Estuve en Ferro, estuve en Boca, en un montón de lugares, clubes de fútbol, en Newell’s, y por ahí iba a la cancha a veces a ver los partidos, pero termino mirando gestión, planteo táctico, metodología. Pienso como metodológicamente cómo le enseñan a los jugadores a hacer lo que están haciendo, me meto en otro lugar.

-¿Hablaste de algo en particular con el presidente Juan Manuel Cavagliatto?

-Hablamos de las pretensiones de Instituto de siempre estar en los lugares de privilegio, pero no específicamente esta temporada porque cuando nosotros hablamos fue en un momento donde el equipo estaba jugando (los playoffs de la Liga pasada) y en ese momento hasta pensábamos que alguno de los jugadores que se fueron se podían quedar. No volvimos a hablar después de eso. Estamos tratando de construir el mejor equipo que podemos, pero la conversación pasó por tratar de estar en los lugares de privilegio siempre, digamos que es la marca de Instituto y la marca desde que Juan Manuel está manejando el básquet, siempre exigió e impulsó para tratar de estar ahí. Es lo que vamos a tratar de hacer.

Lo que tiene Instituto y lo que le falta

Instituto cuenta con cinco jugadores en el plantel. Cuatro continúan de la temporada pasada: Leandro Vildoza, Nicolás Copello, Tomás Monacchi y Javier Saiz. Y se sumó Gastón Whelan, que tuvo dos pasos por el club de Alta Córdoba.

“Estamos en conversaciones con (Vicente) Garello, bastante avanzado, que sería el sexto jugador y nos quedarían tres lugares”, describió Vadell. “Estábamos buscando extranjeros. Primero un jugador perimetral y después algún jugador que cumpla la función que hacía (Bautista) Lugarini”, agregó el entrenador de la Gloria.

-¿Van a ser dos o tres extranjeros?

-Al entrar tarde al mercado no es tan fácil encontrar un tercer jugador que sea nacional. de la calidad que Instituto necesita. Tenemos un interrogante ahí.

Diego Vadell, el flamante entrenador de Instituto, espera en su casa de San José, en Entre Ríos, al lado de Colón, para comenzar su tarea. La semana próxima llegará a Alta Córdoba para seguir adelante con los trabajos previos al inicio de la pretemporada. El adelantamiento del inicio de la Liga Nacional para el 24 de septiembre obligó a apurar los tiempos de preparación en la Gloria, que todavía no tiene completo el equipo.

Vadell habló por primera vez como técnico del club de Alta Córdoba. “Me puso muy contento que Instituto piense en mí, un equipo top de la Liga Nacional que viene de jugar las dos últimas finales. Me enorgullece”, confesó a La Voz.

“Es un club grande que siempre quiere protagonizar todo lo que juega. Eso como entrenador te levanta la autoestima, digamos. Porque es lo que uno pretende siempre. Es como que coincide el deseo con con la realidad. Entonces, eso me predispone de manera óptima para desarrollarme y para tratar de hacer lo mejor”, agregó el entrenador nacido el 18 de octubre de 1969 en Las Rosas, Santa Fe.

“Estoy en un momento de madurez, tengo una edad que he vivido muchas cosas y y lo único que quiero es competir para ver y tratar de ganar, ganar cosas. Siempre estuve en el límite de poder ganar algo y nunca poder ganar nada y que te llame un club como Instituto que siempre está en esos límites, te da la oportunidad de estar en los lugares importantes donde se puede ganar algo”, aseguró Vadell.

“Coincide un poco la madurez que siento yo como entrenador y la oportunidad que me da Instituto”, profundizó.

-¿Cómo es llegar a un club que tiene tan alta la vara?

-Claro. Lo que hizo Lucas Victoriano en estas cuatro temporadas dejó la vara altísima, pero ojalá me contraten siempre clubes que tengan la vara alta. Yo no quiero ir a un lugar con la vara baja. Es una exigencia, pero digamos que uno como entrenador se exige en cualquier lado al que va. Uno tendrá la vara alta, otro no, pero uno se exige al máximo para mantener o superar lo que había antes. Esa es un poco siempre la mentalidad que tengo. Después vienen las realidades, pero no puede predecir el futuro. Sí se puede soñar, porque si vos no soñas, no sabes ni dónde vas. Eso es lo más importante. Tienes que haber un sueño para saber cuál es el camino y a qué lugar te queres dirigir.

-¿Cómo juegan los equipos de Vadell o cómo proyectas que va a jugar tu Instituto?

-Me faltan algunas piezas para pensar en cómo vamos a jugar, pero si un poco mis equipos marcan la manera en que me gusta como juguemos. Yo me baso mucho también en el personal que tiene cada equipo, por supuesto siempre con la idea que tengo como entrenador, que es muy importante porque si no tenés una idea afianzada en tu cabeza es imposible transmitirla. Tenés una idea general e vamos a decir, haciendo una analogía futbolística, están los equipos que esperan o los equipos que protagonizan, diría Bielsa. Es mucho más fácil si vos tenés siempre una idea de protagonizar, puede un equipo pasar a especular, pero lo podés hacer en un minuto, sino perdés tu esencia. Es un poco eso, la esencia que tienen mis equipos es con lectura de juego, tomar los mejores tiros posible para que la eficiencia crezca, jugar con jugadores abiertos y con mucha movilidad en en ofensiva, con defensa agresiva. Me viene muy bien este Instituto que dejó Lucas con esa defensa agresiva que tiene, porque es lo que me gusta a mí, así que puede continuar desde algún lugar, desde alguna base, sobre todo porque hay muchos jugadores que quedan en el equipo con esas características.

-¿Te gusta…?

-Me gusta la belleza, me gusta que juguemos bien al básquet. Que reconozcamos las situaciones, y podamos agregarle un poco de calidad y que sea lindo de ver. Eso siempre lo pregono y lo busco. Yo creo que los equipos que juegan bien tienen que hacer cuatro o cinco cosas en común como defender fuerte, pasarse bien la pelota, reconocer la ventajas del rival, y tener el espíritu fuerte en los momentos difíciles. Eso son algunas pequeñas cosas que coinciden en todos los equipos que juegan bien.

-Hablaste del fútbol, ¿Sos futbolero?

-No, lamentable no. Miro mucho a entrenadores de fútbol en entrevistas porque me interesa la gestión, las ideas, la metodología. No soy nada futbolero. Puedo mirar a la selección argentina en un Mundial, pero no soy nada futbolero y voy a un club de fútbol. El básquet es tan frenético que a veces el fútbol, no es que me disgusta el juego, pero a veces es tan lento el juego que me pone un poco ansioso.

-Capaz que acá en Instituto te conviertas en futbolero

-Estuve en Ferro, estuve en Boca, en un montón de lugares, clubes de fútbol, en Newell’s, y por ahí iba a la cancha a veces a ver los partidos, pero termino mirando gestión, planteo táctico, metodología. Pienso como metodológicamente cómo le enseñan a los jugadores a hacer lo que están haciendo, me meto en otro lugar.

-¿Hablaste de algo en particular con el presidente Juan Manuel Cavagliatto?

-Hablamos de las pretensiones de Instituto de siempre estar en los lugares de privilegio, pero no específicamente esta temporada porque cuando nosotros hablamos fue en un momento donde el equipo estaba jugando (los playoffs de la Liga pasada) y en ese momento hasta pensábamos que alguno de los jugadores que se fueron se podían quedar. No volvimos a hablar después de eso. Estamos tratando de construir el mejor equipo que podemos, pero la conversación pasó por tratar de estar en los lugares de privilegio siempre, digamos que es la marca de Instituto y la marca desde que Juan Manuel está manejando el básquet, siempre exigió e impulsó para tratar de estar ahí. Es lo que vamos a tratar de hacer.

Lo que tiene Instituto y lo que le falta

Instituto cuenta con cinco jugadores en el plantel. Cuatro continúan de la temporada pasada: Leandro Vildoza, Nicolás Copello, Tomás Monacchi y Javier Saiz. Y se sumó Gastón Whelan, que tuvo dos pasos por el club de Alta Córdoba.

“Estamos en conversaciones con (Vicente) Garello, bastante avanzado, que sería el sexto jugador y nos quedarían tres lugares”, describió Vadell. “Estábamos buscando extranjeros. Primero un jugador perimetral y después algún jugador que cumpla la función que hacía (Bautista) Lugarini”, agregó el entrenador de la Gloria.

-¿Van a ser dos o tres extranjeros?

-Al entrar tarde al mercado no es tan fácil encontrar un tercer jugador que sea nacional. de la calidad que Instituto necesita. Tenemos un interrogante ahí.

 Diego Vadell, el flamante entrenador de Instituto, espera en su casa de San José, en Entre Ríos, al lado de Colón, para comenzar su tarea. La semana próxima llegará a Alta Córdoba para seguir adelante con los trabajos previos al inicio de la pretemporada. El adelantamiento del inicio de la Liga Nacional para el 24 de septiembre obligó a apurar los tiempos de preparación en la Gloria, que todavía no tiene completo el equipo.Vadell habló por primera vez como técnico del club de Alta Córdoba. “Me puso muy contento que Instituto piense en mí, un equipo top de la Liga Nacional que viene de jugar las dos últimas finales. Me enorgullece”, confesó a La Voz. “Es un club grande que siempre quiere protagonizar todo lo que juega. Eso como entrenador te levanta la autoestima, digamos. Porque es lo que uno pretende siempre. Es como que coincide el deseo con con la realidad. Entonces, eso me predispone de manera óptima para desarrollarme y para tratar de hacer lo mejor”, agregó el entrenador nacido el 18 de octubre de 1969 en Las Rosas, Santa Fe.“Estoy en un momento de madurez, tengo una edad que he vivido muchas cosas y y lo único que quiero es competir para ver y tratar de ganar, ganar cosas. Siempre estuve en el límite de poder ganar algo y nunca poder ganar nada y que te llame un club como Instituto que siempre está en esos límites, te da la oportunidad de estar en los lugares importantes donde se puede ganar algo”, aseguró Vadell. “Coincide un poco la madurez que siento yo como entrenador y la oportunidad que me da Instituto”, profundizó.-¿Cómo es llegar a un club que tiene tan alta la vara?-Claro. Lo que hizo Lucas Victoriano en estas cuatro temporadas dejó la vara altísima, pero ojalá me contraten siempre clubes que tengan la vara alta. Yo no quiero ir a un lugar con la vara baja. Es una exigencia, pero digamos que uno como entrenador se exige en cualquier lado al que va. Uno tendrá la vara alta, otro no, pero uno se exige al máximo para mantener o superar lo que había antes. Esa es un poco siempre la mentalidad que tengo. Después vienen las realidades, pero no puede predecir el futuro. Sí se puede soñar, porque si vos no soñas, no sabes ni dónde vas. Eso es lo más importante. Tienes que haber un sueño para saber cuál es el camino y a qué lugar te queres dirigir.-¿Cómo juegan los equipos de Vadell o cómo proyectas que va a jugar tu Instituto?-Me faltan algunas piezas para pensar en cómo vamos a jugar, pero si un poco mis equipos marcan la manera en que me gusta como juguemos. Yo me baso mucho también en el personal que tiene cada equipo, por supuesto siempre con la idea que tengo como entrenador, que es muy importante porque si no tenés una idea afianzada en tu cabeza es imposible transmitirla. Tenés una idea general e vamos a decir, haciendo una analogía futbolística, están los equipos que esperan o los equipos que protagonizan, diría Bielsa. Es mucho más fácil si vos tenés siempre una idea de protagonizar, puede un equipo pasar a especular, pero lo podés hacer en un minuto, sino perdés tu esencia. Es un poco eso, la esencia que tienen mis equipos es con lectura de juego, tomar los mejores tiros posible para que la eficiencia crezca, jugar con jugadores abiertos y con mucha movilidad en en ofensiva, con defensa agresiva. Me viene muy bien este Instituto que dejó Lucas con esa defensa agresiva que tiene, porque es lo que me gusta a mí, así que puede continuar desde algún lugar, desde alguna base, sobre todo porque hay muchos jugadores que quedan en el equipo con esas características.-¿Te gusta…?-Me gusta la belleza, me gusta que juguemos bien al básquet. Que reconozcamos las situaciones, y podamos agregarle un poco de calidad y que sea lindo de ver. Eso siempre lo pregono y lo busco. Yo creo que los equipos que juegan bien tienen que hacer cuatro o cinco cosas en común como defender fuerte, pasarse bien la pelota, reconocer la ventajas del rival, y tener el espíritu fuerte en los momentos difíciles. Eso son algunas pequeñas cosas que coinciden en todos los equipos que juegan bien.-Hablaste del fútbol, ¿Sos futbolero?-No, lamentable no. Miro mucho a entrenadores de fútbol en entrevistas porque me interesa la gestión, las ideas, la metodología. No soy nada futbolero. Puedo mirar a la selección argentina en un Mundial, pero no soy nada futbolero y voy a un club de fútbol. El básquet es tan frenético que a veces el fútbol, no es que me disgusta el juego, pero a veces es tan lento el juego que me pone un poco ansioso.-Capaz que acá en Instituto te conviertas en futbolero-Estuve en Ferro, estuve en Boca, en un montón de lugares, clubes de fútbol, en Newell’s, y por ahí iba a la cancha a veces a ver los partidos, pero termino mirando gestión, planteo táctico, metodología. Pienso como metodológicamente cómo le enseñan a los jugadores a hacer lo que están haciendo, me meto en otro lugar.-¿Hablaste de algo en particular con el presidente Juan Manuel Cavagliatto?-Hablamos de las pretensiones de Instituto de siempre estar en los lugares de privilegio, pero no específicamente esta temporada porque cuando nosotros hablamos fue en un momento donde el equipo estaba jugando (los playoffs de la Liga pasada) y en ese momento hasta pensábamos que alguno de los jugadores que se fueron se podían quedar. No volvimos a hablar después de eso. Estamos tratando de construir el mejor equipo que podemos, pero la conversación pasó por tratar de estar en los lugares de privilegio siempre, digamos que es la marca de Instituto y la marca desde que Juan Manuel está manejando el básquet, siempre exigió e impulsó para tratar de estar ahí. Es lo que vamos a tratar de hacer.Lo que tiene Instituto y lo que le faltaInstituto cuenta con cinco jugadores en el plantel. Cuatro continúan de la temporada pasada: Leandro Vildoza, Nicolás Copello, Tomás Monacchi y Javier Saiz. Y se sumó Gastón Whelan, que tuvo dos pasos por el club de Alta Córdoba.“Estamos en conversaciones con (Vicente) Garello, bastante avanzado, que sería el sexto jugador y nos quedarían tres lugares”, describió Vadell. “Estábamos buscando extranjeros. Primero un jugador perimetral y después algún jugador que cumpla la función que hacía (Bautista) Lugarini”, agregó el entrenador de la Gloria.-¿Van a ser dos o tres extranjeros?-Al entrar tarde al mercado no es tan fácil encontrar un tercer jugador que sea nacional. de la calidad que Instituto necesita. Tenemos un interrogante ahí.  La Voz