Fue mencionada todo el día y es una de las investigadoras del Conicet detrás del streaming bajo el mar: “Nadia Coralina”

Nadia Cerino, una de las biólogas más importantes del país en el estudio de los corales de aguas profundas, ahora es conocida como “Nadia Coralina”. Ese es el nombre que le dieron los miles de usuarios en Internet que desde hace días están enganchados al streaming en vivo de la expedición Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata: Talud Continental IV, en la que 25 científicos del Conicet junto al instituto Schmidt Ocean investigan las profundidades del mar argentino. “Es una locura, no sabemos qué pasó. Es buenísimo que la gente siga creyendo en la ciencia, en la naturaleza y el conocimiento”, aseguró en diálogo con LA NACION.

Desde hace días no se habla de otra cosa que de la misión que registra imágenes impresionantes del fondo marino, a unos 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata. A través de un vehículo sumergible operado remotamente, los científicos pueden ver cómo es ese hábitat y alcanzar profundidades de hasta 3000 metros. El hallazgo de pintorescas especies desconocidas y los comentarios explicativos de los investigadores en el video en vivo llamaron la atención de todos.

“Es una locura, sabíamos que iba a ser un suceso que un barco venga a mostrar nuestras aguas, pero empezamos de a poquito. Un día hicimos el streaming a la noche y éramos 10 personas, después 100, después diez mil. No sé qué pasó, no me lo esperaba. Nos parece impresionante que la gente mire esto en vez de otras cosas o estar con el celular”, aseguró este jueves por la tarde, cuando se superaron las 35 mil personas en vivo el canal de YouTube de Schmidt Ocean.

Según explicó la bióloga, que ya hizo dos expediciones previas al Talud Continental para estudiar el Cañón Submarino marplatense, esta misión con cámaras de última tecnología traerá nuevos conocimientos. “Es muy bueno poder continuar el estudio, ahora podemos ver los organismos vivos, antes pasábamos la red en profundidad y los sacábamos muertos. Acá puedo ver los colores naranja o rosa de los corales”, ejemplificó.

Más allá de lo científico, también resaltó la importancia de conocer una porción del país. “Es muy importante conocer nuestro territorio. Si uno quiere ver un bosque o una selva lo buscas en Internet y listo. Del fondo oceánico no se sabía qué había. Es importante que la gente lo conozca, sobre todos los más chicos”, aseveró Cerino. “Sería muy importante que a partir de estos la gente vuelva a amar la naturaleza, que más gente se interese en estudiar esto”, se esperanzó.

En el buque trabajan unas 70 personas, 25 de ellos investigadores -24 biólogos y una geóloga- del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA). “Hay gente de todos lados”, reconoció Nadia y comentó por teléfono desde el barco que está ”perdida en tiempo y espacio” por el arduo trabajo que lleva a cabo. Los biólogos se dividen en dos grupos de 12 para cubrir las 24 horas; a Nadia le toca el turno noche, de 18.30 a 6.30. En cada horario, seis científicos toman el control del ROV y los otros seis recopilan los datos.

Fue mientras manejaba el ROV que su nombre saltó a la fama en redes sociales. La gente en el streaming de YouTube la bautizó “Nadia Coralina”, por uno de los comentarios que hizo durante el vivo. “Nunca hice nada parecido a un streaming. Llevaba más de seis horas hablando sobre lo que veía el ROV en el lecho marino y dije ‘che no sacamos ni un coral’ y de ahí la gente lo tomó y me puso el apodo. Hay que tener un cuidado terrible”, bromeó la bióloga y a partir de ese episodio se creó una cuenta de Instagram con ese nombre, cuya descripción del perfil reza: “Explorando lo invisible del océano”.

Nadia, que es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad CAECE y actualmente cursa una Maestría en Biología Marina, valoró esta nueva expedición y aseguró que nunca pensó vivir algo así. “No imaginábamos esto cuando arranqué a estudiar en el 96, no había ni celulares, esto de ver el fondo marino con una cámara no nos entraba en la cabeza”, sostuvo.

Vive en Buenos Aires -le tuvo que dejar su mascota al cuidado de un familiar- y es investigadora en la Prefectura Naval Argentina, en el Laboratorio Químico del Departamento Científico de Pericias (CIPE), donde estudia los contaminantes de los afluentes, por ejemplo.

Su investigación se centra en la taxonomía y distribución de corales de aguas profundas en el océano Atlántico Sur, por lo que su aporte es altamente relevante para la expedición, ya que esa familia de seres es una de las más abundantes en el lecho marino y desempeña un papel crucial en esos ecosistemas, que están clasificados como vulnerables.

“Me gustaría tener posibilidad de hacer misiones como esta de manera más frecuente. Está todo muy difícil en el país en general. Me parece buenísimo que la gente siga creyendo en la ciencia, en la naturaleza y el conocimiento, ya que los recursos y la biodiversidad que tenemos en el mar argentino son magníficos, extraordinarios”, reflexionó y concluyó que, junto a sus compañeros, tienen un lema muy claro: “No se puede conservar lo que no se conoce”.

Nadia Cerino, una de las biólogas más importantes del país en el estudio de los corales de aguas profundas, ahora es conocida como “Nadia Coralina”. Ese es el nombre que le dieron los miles de usuarios en Internet que desde hace días están enganchados al streaming en vivo de la expedición Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata: Talud Continental IV, en la que 25 científicos del Conicet junto al instituto Schmidt Ocean investigan las profundidades del mar argentino. “Es una locura, no sabemos qué pasó. Es buenísimo que la gente siga creyendo en la ciencia, en la naturaleza y el conocimiento”, aseguró en diálogo con LA NACION.

Desde hace días no se habla de otra cosa que de la misión que registra imágenes impresionantes del fondo marino, a unos 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata. A través de un vehículo sumergible operado remotamente, los científicos pueden ver cómo es ese hábitat y alcanzar profundidades de hasta 3000 metros. El hallazgo de pintorescas especies desconocidas y los comentarios explicativos de los investigadores en el video en vivo llamaron la atención de todos.

“Es una locura, sabíamos que iba a ser un suceso que un barco venga a mostrar nuestras aguas, pero empezamos de a poquito. Un día hicimos el streaming a la noche y éramos 10 personas, después 100, después diez mil. No sé qué pasó, no me lo esperaba. Nos parece impresionante que la gente mire esto en vez de otras cosas o estar con el celular”, aseguró este jueves por la tarde, cuando se superaron las 35 mil personas en vivo el canal de YouTube de Schmidt Ocean.

Según explicó la bióloga, que ya hizo dos expediciones previas al Talud Continental para estudiar el Cañón Submarino marplatense, esta misión con cámaras de última tecnología traerá nuevos conocimientos. “Es muy bueno poder continuar el estudio, ahora podemos ver los organismos vivos, antes pasábamos la red en profundidad y los sacábamos muertos. Acá puedo ver los colores naranja o rosa de los corales”, ejemplificó.

Más allá de lo científico, también resaltó la importancia de conocer una porción del país. “Es muy importante conocer nuestro territorio. Si uno quiere ver un bosque o una selva lo buscas en Internet y listo. Del fondo oceánico no se sabía qué había. Es importante que la gente lo conozca, sobre todos los más chicos”, aseveró Cerino. “Sería muy importante que a partir de estos la gente vuelva a amar la naturaleza, que más gente se interese en estudiar esto”, se esperanzó.

En el buque trabajan unas 70 personas, 25 de ellos investigadores -24 biólogos y una geóloga- del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA). “Hay gente de todos lados”, reconoció Nadia y comentó por teléfono desde el barco que está ”perdida en tiempo y espacio” por el arduo trabajo que lleva a cabo. Los biólogos se dividen en dos grupos de 12 para cubrir las 24 horas; a Nadia le toca el turno noche, de 18.30 a 6.30. En cada horario, seis científicos toman el control del ROV y los otros seis recopilan los datos.

Fue mientras manejaba el ROV que su nombre saltó a la fama en redes sociales. La gente en el streaming de YouTube la bautizó “Nadia Coralina”, por uno de los comentarios que hizo durante el vivo. “Nunca hice nada parecido a un streaming. Llevaba más de seis horas hablando sobre lo que veía el ROV en el lecho marino y dije ‘che no sacamos ni un coral’ y de ahí la gente lo tomó y me puso el apodo. Hay que tener un cuidado terrible”, bromeó la bióloga y a partir de ese episodio se creó una cuenta de Instagram con ese nombre, cuya descripción del perfil reza: “Explorando lo invisible del océano”.

Nadia, que es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad CAECE y actualmente cursa una Maestría en Biología Marina, valoró esta nueva expedición y aseguró que nunca pensó vivir algo así. “No imaginábamos esto cuando arranqué a estudiar en el 96, no había ni celulares, esto de ver el fondo marino con una cámara no nos entraba en la cabeza”, sostuvo.

Vive en Buenos Aires -le tuvo que dejar su mascota al cuidado de un familiar- y es investigadora en la Prefectura Naval Argentina, en el Laboratorio Químico del Departamento Científico de Pericias (CIPE), donde estudia los contaminantes de los afluentes, por ejemplo.

Su investigación se centra en la taxonomía y distribución de corales de aguas profundas en el océano Atlántico Sur, por lo que su aporte es altamente relevante para la expedición, ya que esa familia de seres es una de las más abundantes en el lecho marino y desempeña un papel crucial en esos ecosistemas, que están clasificados como vulnerables.

“Me gustaría tener posibilidad de hacer misiones como esta de manera más frecuente. Está todo muy difícil en el país en general. Me parece buenísimo que la gente siga creyendo en la ciencia, en la naturaleza y el conocimiento, ya que los recursos y la biodiversidad que tenemos en el mar argentino son magníficos, extraordinarios”, reflexionó y concluyó que, junto a sus compañeros, tienen un lema muy claro: “No se puede conservar lo que no se conoce”.

 En diálogo con LA NACION, una de las biólogas de la misión, valoró que “la gente siga creyendo en la ciencia, la naturaleza y el conocimiento”  LA NACION