Iga Swiatek arrasó en la final del Wimbledon y ganó sin perder un game

Iga Swiatek ya es campeona en todas las superficies. La número uno indiscutida en polvo de ladrillo, con cuatro títulos en Roland Garros, conquistó por fin el césped sagrado del All England, y lo hizo a lo grande: arrasó a Amanda Anisimova por un inapelable 6-0 y 6-0 en apenas 57 minutos, para consagrarse campeona de Wimbledon por primera vez en su carrera.

En el día que marcó su victoria número 100 en torneos de Grand Slam, Swiatek se convirtió en la más rápida en alcanzar esa marca desde Serena Williams en 2004. Y lo celebró con una actuación demoledora. Desde el arranque, la polaca impuso condiciones con un ritmo imposible para su rival, y firmó el primer “rosco” en una final de Wimbledon desde Martina Navratilova en 1983, presente en la tribuna para atestiguarlo.

Del otro lado, Anisimova, que disputaba su primera final de Grand Slam tras superar problemas de salud mental y una larga inactividad, no encontró respuestas. Entre 28 errores no forzados (14 por set) y el peso del escenario, la estadounidense de 23 años fue superada sin atenuantes. Por momentos, pareció al borde de las lágrimas, abrumada ante los 15.000 espectadores y la magnitud de la ocasión.

“Esto me llega muy pronto”, había admitido la propia Anisimova antes de la final. Pese a la dura derrota, la experiencia le servirá como aprendizaje para el futuro.

Swiatek, en cambio, termina con años de cuestionamientos sobre su rendimiento en césped y redondea una temporada que parecía tibia para su nivel, habiendo caído hasta el octavo lugar del ranking y sin títulos en más de un año. Con este triunfo, suma su sexto título de Grand Slam: cuatro en París, uno en Nueva York (US Open) y ahora Wimbledon.

Además, se une a una lista histórica: solo Margaret Court y Monica Seles habían ganado sus seis primeras finales de majors. Y su victoria se inscribe entre las más contundentes del tenis femenino: la peor derrota en Wimbledon desde 1911, y la más humillante en un Grand Slam desde que Steffi Graf aplastó a Natasha Zvereva 6-0 y 6-0 en Roland Garros 1988.

Swiatek ya no tiene cuentas pendientes. Es campeona en todas las superficies y, tras esta exhibición, vuelve a dejar claro por qué es una de las mejores de su generación.

Iga Swiatek ya es campeona en todas las superficies. La número uno indiscutida en polvo de ladrillo, con cuatro títulos en Roland Garros, conquistó por fin el césped sagrado del All England, y lo hizo a lo grande: arrasó a Amanda Anisimova por un inapelable 6-0 y 6-0 en apenas 57 minutos, para consagrarse campeona de Wimbledon por primera vez en su carrera.

En el día que marcó su victoria número 100 en torneos de Grand Slam, Swiatek se convirtió en la más rápida en alcanzar esa marca desde Serena Williams en 2004. Y lo celebró con una actuación demoledora. Desde el arranque, la polaca impuso condiciones con un ritmo imposible para su rival, y firmó el primer “rosco” en una final de Wimbledon desde Martina Navratilova en 1983, presente en la tribuna para atestiguarlo.

Del otro lado, Anisimova, que disputaba su primera final de Grand Slam tras superar problemas de salud mental y una larga inactividad, no encontró respuestas. Entre 28 errores no forzados (14 por set) y el peso del escenario, la estadounidense de 23 años fue superada sin atenuantes. Por momentos, pareció al borde de las lágrimas, abrumada ante los 15.000 espectadores y la magnitud de la ocasión.

“Esto me llega muy pronto”, había admitido la propia Anisimova antes de la final. Pese a la dura derrota, la experiencia le servirá como aprendizaje para el futuro.

Swiatek, en cambio, termina con años de cuestionamientos sobre su rendimiento en césped y redondea una temporada que parecía tibia para su nivel, habiendo caído hasta el octavo lugar del ranking y sin títulos en más de un año. Con este triunfo, suma su sexto título de Grand Slam: cuatro en París, uno en Nueva York (US Open) y ahora Wimbledon.

Además, se une a una lista histórica: solo Margaret Court y Monica Seles habían ganado sus seis primeras finales de majors. Y su victoria se inscribe entre las más contundentes del tenis femenino: la peor derrota en Wimbledon desde 1911, y la más humillante en un Grand Slam desde que Steffi Graf aplastó a Natasha Zvereva 6-0 y 6-0 en Roland Garros 1988.

Swiatek ya no tiene cuentas pendientes. Es campeona en todas las superficies y, tras esta exhibición, vuelve a dejar claro por qué es una de las mejores de su generación.

 Iga Swiatek ya es campeona en todas las superficies. La número uno indiscutida en polvo de ladrillo, con cuatro títulos en Roland Garros, conquistó por fin el césped sagrado del All England, y lo hizo a lo grande: arrasó a Amanda Anisimova por un inapelable 6-0 y 6-0 en apenas 57 minutos, para consagrarse campeona de Wimbledon por primera vez en su carrera.En el día que marcó su victoria número 100 en torneos de Grand Slam, Swiatek se convirtió en la más rápida en alcanzar esa marca desde Serena Williams en 2004. Y lo celebró con una actuación demoledora. Desde el arranque, la polaca impuso condiciones con un ritmo imposible para su rival, y firmó el primer “rosco” en una final de Wimbledon desde Martina Navratilova en 1983, presente en la tribuna para atestiguarlo.Del otro lado, Anisimova, que disputaba su primera final de Grand Slam tras superar problemas de salud mental y una larga inactividad, no encontró respuestas. Entre 28 errores no forzados (14 por set) y el peso del escenario, la estadounidense de 23 años fue superada sin atenuantes. Por momentos, pareció al borde de las lágrimas, abrumada ante los 15.000 espectadores y la magnitud de la ocasión.“Esto me llega muy pronto”, había admitido la propia Anisimova antes de la final. Pese a la dura derrota, la experiencia le servirá como aprendizaje para el futuro.Swiatek, en cambio, termina con años de cuestionamientos sobre su rendimiento en césped y redondea una temporada que parecía tibia para su nivel, habiendo caído hasta el octavo lugar del ranking y sin títulos en más de un año. Con este triunfo, suma su sexto título de Grand Slam: cuatro en París, uno en Nueva York (US Open) y ahora Wimbledon.Además, se une a una lista histórica: solo Margaret Court y Monica Seles habían ganado sus seis primeras finales de majors. Y su victoria se inscribe entre las más contundentes del tenis femenino: la peor derrota en Wimbledon desde 1911, y la más humillante en un Grand Slam desde que Steffi Graf aplastó a Natasha Zvereva 6-0 y 6-0 en Roland Garros 1988.Swiatek ya no tiene cuentas pendientes. Es campeona en todas las superficies y, tras esta exhibición, vuelve a dejar claro por qué es una de las mejores de su generación.  La Voz