Sin piedad. La polaca Iga Swiatek, exnúmero 1 del mundo y 8ª preclasificada, fue implacable con la estadounidense Amanda Anisimova (13ª) y le ganó este sábado la final del singles femenino de Wimbledon por un doble 6-0. Su centésima victoria en un Grand Slam le valió su sexto título de esa categoría y el primero en un torneo sobre césped.
“Mi equipo creyó más en mí que yo misma. Esto parece surrealista. Siento que soy una jugadora con experiencia, pero ni siquiera soñaba con esto porque lo veía demasiado lejos, no esperaba ganar este torneo”, se confesó la novena campeona distinta en las últimas nueve ediciones en el All England. Lo celebró con sus afectos más cercanos y en el camino se encontró con una serie de felicitaciones, entre ellas de la actriz Courtney Cox, parte del elenco de Friends, una de las series favoritas de la tenista europea. “Este año realmente lo disfruté muchísimo y siento que mejoré mi nivel aquí”, añadió.
El duelo comenzó con un quiebre. Swiatek aprovechó un bajo porcentaje de primeros servicios de su rival y en la segunda oportunidad se llevó el game para ponerse 1-0. Enseguida, con su saque, estiró la diferencia con solidez. Para Anisimova fue como si todavía necesitara entrar en calor: mucho esfuerzo, errores no forzados, sin dar con el primer servicio. Una doble falta le hizo ceder otra vez: la polaca se puso 3-0 en 15 minutos.
Con concentración y firmeza, Swiatek mantuvo su saque y no le dejó sumar ni un punto a la norteamericana, que volvió a ceder. Así, la europea volvió al servicio 5-0 para cerrar el primer set, lo que hizo con el mismo rigor. Un 6-0 implacable. Nunca antes, en la Era Abierta, una jugadora había conseguido ganar un set por ese marcador tanto en semifinales como en la final de un Grand Slam.
Iga Swiatek está INTRATABLE. 🤯#Wimbledon pic.twitter.com/ve2TleRX9N
— ESPN Tenis (@ESPNtenis) July 12, 2025
Una pequeña mejoría en el inicio del segundo parcial no fue suficiente para Anisimova, que encontraba excelentes devoluciones y mínimos errores. Cedió su saque por cuarta vez seguida, Swiatek mantuvo el suyo y ganó su octavo game consecutivo para encontrarse en ventaja 2-0. El juego iba camino a un final anunciado…
La expresión corporal de una y otra resultan opuestas. El público celebraba cada punto de los pocos que conseguía la estadounidense como si fuera el último, en el afán de darle confianza. Casi nadie deseaba un desenlace tan desproporcionado y veloz. Excepto Iga, que siguió adelante con su plan y volvió a quebrar para ponerse 3-0, tras una doble falta y una pelota que la americana lanza larga.
Iga powers on, leading Anisimova 6-0, 3-0 😤#Wimbledon pic.twitter.com/74mugklZHI
— Wimbledon (@Wimbledon) July 12, 2025
Anisimova dio pelea como nunca antes en el partido en el décimo game, donde aportó buenos toques y algunos tiros más firmes. Incluso, Swiatek tuvo su primera doble falta del juego. Así y todo, entre murmullos, lamentos y aplausos, llegó el 4-0 de Iga. Y un nuevo quiebre, impiadoso, para quedar a las puertas de sacar para el campeonato.
En ese último descanso, Anisimova exteriorizó su impotencia con un llanto en su silla, de cabeza baja. Estaba rendida. Swiatek volvió a la cancha para sacar y cerró el implacable doble 6-0 que definió el juego en menos de una hora. En 57 minutos reales. Y las lágrimas de Amanda volvieron a surgir, ya no tan escondidas, mientras la campeona se abrazaba a su equipo. La alegría, la frustración, dos caras opuestas del deporte a un puñado de metros de distancia.
Pese a estar 125 semanas en la cima del ranking entre 2022, 2023 y 2024, Swiatek había llegado a su primera final en un torneo sobre césped hacía apenas tres semanas, cuando cayó en la definición en Bad Homburg, Alemania. Su camino por el All England resultó casi perfecto: cedió apenas un set en los siete partidos. A los 24 años y cuarta en la clasificación de la WTA, conquistó su sexto título de Grand Slam, tras obtener cuatro veces Roland Garros y una el US Open.
La primera jugadora polaca que gana Wimbledon ya había obtenido una final por ese lapidario marcador. Hace cuatro años, en el Masters 1000 de Roma, barrió a la checa Karolina Pliskova, en 46 minutos. Esta vez, obligó a convocar a los amantes de las estadísticas para buscar cuándo se había registrado un doble 6-0 en una final del tercer Grand Slam de la temporada: Dorothea Douglass superó a Dora Boothby en 1911. Pasaron 114 años.
Anisimova, quien también tuvo su primera definición en pasto el mes pasado, cuando cayó en Queen’s, es un ejemplo de superación. Estuvo ausente del circuito por siete meses en 2023 y pensó en el retiro tras las presiones y los comentarios maliciosos en redes sociales apuntando a su aspecto físico. Fue la gota que rebalsó la copa tras el impacto por el fallecimiento de su papá -y entrenador-, Konstantin, años atrás.
Cayó al 373° del ranking, pero se levantó y construyó, a los 23 años, una ruta con enorme esfuerzo en este Wimbledon, que comenzó con un doble 6-0 en el debut pero tuvo mayoría de partidos extensos, el último en semifinales al dejar en el camino a Aryna Sabalenka, la número 1. A partir del lunes, Amanda ingresará en el top ten, más allá del último mal recuerdo que le deja Londres: “Aunque me quedé un poco sin gasolina y me hubiera gustado hacer una mejor actuación hoy para todos ustedes, les agradezco que han seguido ahí para intentar levantarme. Voy a seguir esforzándome y siempre creo en mí misma, así que espero volver a estar aquí algún día”.
Lo mejor de Swiatek vs. Anisimova
Sin piedad. La polaca Iga Swiatek, exnúmero 1 del mundo y 8ª preclasificada, fue implacable con la estadounidense Amanda Anisimova (13ª) y le ganó este sábado la final del singles femenino de Wimbledon por un doble 6-0. Su centésima victoria en un Grand Slam le valió su sexto título de esa categoría y el primero en un torneo sobre césped.
“Mi equipo creyó más en mí que yo misma. Esto parece surrealista. Siento que soy una jugadora con experiencia, pero ni siquiera soñaba con esto porque lo veía demasiado lejos, no esperaba ganar este torneo”, se confesó la novena campeona distinta en las últimas nueve ediciones en el All England. Lo celebró con sus afectos más cercanos y en el camino se encontró con una serie de felicitaciones, entre ellas de la actriz Courtney Cox, parte del elenco de Friends, una de las series favoritas de la tenista europea. “Este año realmente lo disfruté muchísimo y siento que mejoré mi nivel aquí”, añadió.
El duelo comenzó con un quiebre. Swiatek aprovechó un bajo porcentaje de primeros servicios de su rival y en la segunda oportunidad se llevó el game para ponerse 1-0. Enseguida, con su saque, estiró la diferencia con solidez. Para Anisimova fue como si todavía necesitara entrar en calor: mucho esfuerzo, errores no forzados, sin dar con el primer servicio. Una doble falta le hizo ceder otra vez: la polaca se puso 3-0 en 15 minutos.
Con concentración y firmeza, Swiatek mantuvo su saque y no le dejó sumar ni un punto a la norteamericana, que volvió a ceder. Así, la europea volvió al servicio 5-0 para cerrar el primer set, lo que hizo con el mismo rigor. Un 6-0 implacable. Nunca antes, en la Era Abierta, una jugadora había conseguido ganar un set por ese marcador tanto en semifinales como en la final de un Grand Slam.
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Una pequeña mejoría en el inicio del segundo parcial no fue suficiente para Anisimova, que encontraba excelentes devoluciones y mínimos errores. Cedió su saque por cuarta vez seguida, Swiatek mantuvo el suyo y ganó su octavo game consecutivo para encontrarse en ventaja 2-0. El juego iba camino a un final anunciado…
La expresión corporal de una y otra resultan opuestas. El público celebraba cada punto de los pocos que conseguía la estadounidense como si fuera el último, en el afán de darle confianza. Casi nadie deseaba un desenlace tan desproporcionado y veloz. Excepto Iga, que siguió adelante con su plan y volvió a quebrar para ponerse 3-0, tras una doble falta y una pelota que la americana lanza larga.
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Anisimova dio pelea como nunca antes en el partido en el décimo game, donde aportó buenos toques y algunos tiros más firmes. Incluso, Swiatek tuvo su primera doble falta del juego. Así y todo, entre murmullos, lamentos y aplausos, llegó el 4-0 de Iga. Y un nuevo quiebre, impiadoso, para quedar a las puertas de sacar para el campeonato.
En ese último descanso, Anisimova exteriorizó su impotencia con un llanto en su silla, de cabeza baja. Estaba rendida. Swiatek volvió a la cancha para sacar y cerró el implacable doble 6-0 que definió el juego en menos de una hora. En 57 minutos reales. Y las lágrimas de Amanda volvieron a surgir, ya no tan escondidas, mientras la campeona se abrazaba a su equipo. La alegría, la frustración, dos caras opuestas del deporte a un puñado de metros de distancia.
Pese a estar 125 semanas en la cima del ranking entre 2022, 2023 y 2024, Swiatek había llegado a su primera final en un torneo sobre césped hacía apenas tres semanas, cuando cayó en la definición en Bad Homburg, Alemania. Su camino por el All England resultó casi perfecto: cedió apenas un set en los siete partidos. A los 24 años y cuarta en la clasificación de la WTA, conquistó su sexto título de Grand Slam, tras obtener cuatro veces Roland Garros y una el US Open.
La primera jugadora polaca que gana Wimbledon ya había obtenido una final por ese lapidario marcador. Hace cuatro años, en el Masters 1000 de Roma, barrió a la checa Karolina Pliskova, en 46 minutos. Esta vez, obligó a convocar a los amantes de las estadísticas para buscar cuándo se había registrado un doble 6-0 en una final del tercer Grand Slam de la temporada: Dorothea Douglass superó a Dora Boothby en 1911. Pasaron 114 años.
Anisimova, quien también tuvo su primera definición en pasto el mes pasado, cuando cayó en Queen’s, es un ejemplo de superación. Estuvo ausente del circuito por siete meses en 2023 y pensó en el retiro tras las presiones y los comentarios maliciosos en redes sociales apuntando a su aspecto físico. Fue la gota que rebalsó la copa tras el impacto por el fallecimiento de su papá -y entrenador-, Konstantin, años atrás.
Cayó al 373° del ranking, pero se levantó y construyó, a los 23 años, una ruta con enorme esfuerzo en este Wimbledon, que comenzó con un doble 6-0 en el debut pero tuvo mayoría de partidos extensos, el último en semifinales al dejar en el camino a Aryna Sabalenka, la número 1. A partir del lunes, Amanda ingresará en el top ten, más allá del último mal recuerdo que le deja Londres: “Aunque me quedé un poco sin gasolina y me hubiera gustado hacer una mejor actuación hoy para todos ustedes, les agradezco que han seguido ahí para intentar levantarme. Voy a seguir esforzándome y siempre creo en mí misma, así que espero volver a estar aquí algún día”.
Lo mejor de Swiatek vs. Anisimova
La polaca no le dejó marcar ningún game a la norteamericana en el partido decisivo en Londres LA NACION