La noche del miércoles no fue una más en la sede de General Paz Juniors. Fue una noche cargada de memoria, abrazos y emoción. Porque este 25 de junio se cumplieron 25 años de la epopeya que todavía vibra en las paredes del club de Arenales y Río Cuarto: el ascenso a la B Nacional, tras empatar 2 a 2 ante Douglas Haig en Pergamino y coronarse campeón del Torneo Argentino A.
Aquel equipo, que logró celebrar lo que otros planteles no pudieron por muy poco, fue homenajeado en un cálido encuentro que reunió a exjugadores, dirigentes e hinchas. Un “asadazo” sirvió de excusa para revivir una hazaña que sigue marcando a fuego la historia del “Poeta”.
El evento comenzó con palabras de los dirigentes Oscar Gencarelli y Jorge “el Turco” Zamar, quien presidía el club en aquel recordado año. También tomaron la palabra figuras del plantel como Sergio Módica y Marcelo Santoni, que no ocultaron la emoción al reencontrarse con sus viejos compañeros.
La velada fue un viaje en el tiempo. Sobre la mesa desfilaron historias de esfuerzo, sueños compartidos y anécdotas que dejaron huella. Como aquella insólita historia contada por Eduardo Colazo: “El día del ascenso había mucha euforia. Jorge Zamar estaba tan ido por los festejos que se fue en su auto, hizo como 100 kilómetros… y se olvidó de llevar a su esposa y sus hijos”.
El plantel de aquella tarde en Pergamino quedó grabado en la memoria del pueblo “albo”: Amaya en el arco; Rafael Díaz, Adrián Bozoletti, Raúl Britos y Rubén Rodríguez en defensa; Colazo, Cuello y Módica en el medio; y Santoni, Cristian Sabir y el inolvidable Albeiro “Palomo” Usuriaga en ofensiva. También fueron parte Daniel Ríos, Oscar Osorio, Walter Boldorini, Pablo Brandán, David Vega, Cristian Durán y muchos más.
La dirigencia entregó a cada uno de los jugadores presentes un banderín con la imagen del plantel campeón y la leyenda “Sueño cumplido”. Un gesto simple, pero profundo.
El platel campeón de Juniors en 2000 festejó anoche los 25 años del ascenso a la Primera Nacional. Gran asado, casi todos presentes, incluso muchos viajaron para poder estar. Los futbolistas se llevaron ese banderín de recuerdo. pic.twitter.com/OeZyWwNa7L
— Agustín Caretó (@acareto_MundoD) June 26, 2025
No faltaron las menciones a Usuriaga, asesinado en 2004, cuyo paso fugaz por Juniors quedó inmortalizado en las historias. Como la que compartieron Bozoletti y Módica, cuando en una concentración el colombiano se adueñó del control remoto del único televisor para ver un partido de Independiente, y no permitió que el resto del plantel cambiara de canal.
“Concentrábamos en Saldán cuando éramos locales. Teníamos un solo televisor para todos por aquel entonces. Y era un viernes por la noche en que jugaba Independiente. No había Playstation ni nada. Habíamos visto fútbol todo el día y teníamos ganar de mirar una película. Pero Usuriaga estaba viendo el partido y no soltaba el control remoto”, contó entre risas Adrián Bozoletti al recordar una anécdota que no tiene desperdicio.
“Fui y se lo cambié de pecho para poner una película. Se calentó, se paró, y volvió a poner el partido. Fuimos con (Sergio) Módica y se lo volvimos a cambiar. Y así varias veces hasta que al final pegó un grito y vino para arrancarme la cabeza. Gracias a dios que varios lo frenaron”, agregó el ex Instituto.
Y ahora viene lo mejor. Lo cuenta Módica: “Después de los empujones lo miro al Palomo y le digo: ´¡Pará hermano, se te salió la cadena!´ Y como aquel otro tenía cadenas por todos lados, pensó que se le había caído una. Y gritaba, ´¿dónde, dónde, dónde están mis cadenas?´” Fue tan gracioso todo que se terminó la bronca y nos empezamos a reír”.
Luego la noche se fue apagando lentamente, pero el fuego de aquel recuerdo sigue encendido en el alma del club. En tiempos en que el fútbol muchas veces se olvida de sus historias más nobles, Juniors se dio el gusto de recordar a varios de sus máximos héroes.
La noche del miércoles no fue una más en la sede de General Paz Juniors. Fue una noche cargada de memoria, abrazos y emoción. Porque este 25 de junio se cumplieron 25 años de la epopeya que todavía vibra en las paredes del club de Arenales y Río Cuarto: el ascenso a la B Nacional, tras empatar 2 a 2 ante Douglas Haig en Pergamino y coronarse campeón del Torneo Argentino A.
Aquel equipo, que logró celebrar lo que otros planteles no pudieron por muy poco, fue homenajeado en un cálido encuentro que reunió a exjugadores, dirigentes e hinchas. Un “asadazo” sirvió de excusa para revivir una hazaña que sigue marcando a fuego la historia del “Poeta”.
El evento comenzó con palabras de los dirigentes Oscar Gencarelli y Jorge “el Turco” Zamar, quien presidía el club en aquel recordado año. También tomaron la palabra figuras del plantel como Sergio Módica y Marcelo Santoni, que no ocultaron la emoción al reencontrarse con sus viejos compañeros.
La velada fue un viaje en el tiempo. Sobre la mesa desfilaron historias de esfuerzo, sueños compartidos y anécdotas que dejaron huella. Como aquella insólita historia contada por Eduardo Colazo: “El día del ascenso había mucha euforia. Jorge Zamar estaba tan ido por los festejos que se fue en su auto, hizo como 100 kilómetros… y se olvidó de llevar a su esposa y sus hijos”.
El plantel de aquella tarde en Pergamino quedó grabado en la memoria del pueblo “albo”: Amaya en el arco; Rafael Díaz, Adrián Bozoletti, Raúl Britos y Rubén Rodríguez en defensa; Colazo, Cuello y Módica en el medio; y Santoni, Cristian Sabir y el inolvidable Albeiro “Palomo” Usuriaga en ofensiva. También fueron parte Daniel Ríos, Oscar Osorio, Walter Boldorini, Pablo Brandán, David Vega, Cristian Durán y muchos más.
La dirigencia entregó a cada uno de los jugadores presentes un banderín con la imagen del plantel campeón y la leyenda “Sueño cumplido”. Un gesto simple, pero profundo.
El platel campeón de Juniors en 2000 festejó anoche los 25 años del ascenso a la Primera Nacional. Gran asado, casi todos presentes, incluso muchos viajaron para poder estar. Los futbolistas se llevaron ese banderín de recuerdo. pic.twitter.com/OeZyWwNa7L
— Agustín Caretó (@acareto_MundoD) June 26, 2025
No faltaron las menciones a Usuriaga, asesinado en 2004, cuyo paso fugaz por Juniors quedó inmortalizado en las historias. Como la que compartieron Bozoletti y Módica, cuando en una concentración el colombiano se adueñó del control remoto del único televisor para ver un partido de Independiente, y no permitió que el resto del plantel cambiara de canal.
“Concentrábamos en Saldán cuando éramos locales. Teníamos un solo televisor para todos por aquel entonces. Y era un viernes por la noche en que jugaba Independiente. No había Playstation ni nada. Habíamos visto fútbol todo el día y teníamos ganar de mirar una película. Pero Usuriaga estaba viendo el partido y no soltaba el control remoto”, contó entre risas Adrián Bozoletti al recordar una anécdota que no tiene desperdicio.
“Fui y se lo cambié de pecho para poner una película. Se calentó, se paró, y volvió a poner el partido. Fuimos con (Sergio) Módica y se lo volvimos a cambiar. Y así varias veces hasta que al final pegó un grito y vino para arrancarme la cabeza. Gracias a dios que varios lo frenaron”, agregó el ex Instituto.
Y ahora viene lo mejor. Lo cuenta Módica: “Después de los empujones lo miro al Palomo y le digo: ´¡Pará hermano, se te salió la cadena!´ Y como aquel otro tenía cadenas por todos lados, pensó que se le había caído una. Y gritaba, ´¿dónde, dónde, dónde están mis cadenas?´” Fue tan gracioso todo que se terminó la bronca y nos empezamos a reír”.
Luego la noche se fue apagando lentamente, pero el fuego de aquel recuerdo sigue encendido en el alma del club. En tiempos en que el fútbol muchas veces se olvida de sus historias más nobles, Juniors se dio el gusto de recordar a varios de sus máximos héroes.
La noche del miércoles no fue una más en la sede de General Paz Juniors. Fue una noche cargada de memoria, abrazos y emoción. Porque este 25 de junio se cumplieron 25 años de la epopeya que todavía vibra en las paredes del club de Arenales y Río Cuarto: el ascenso a la B Nacional, tras empatar 2 a 2 ante Douglas Haig en Pergamino y coronarse campeón del Torneo Argentino A.Aquel equipo, que logró celebrar lo que otros planteles no pudieron por muy poco, fue homenajeado en un cálido encuentro que reunió a exjugadores, dirigentes e hinchas. Un “asadazo” sirvió de excusa para revivir una hazaña que sigue marcando a fuego la historia del “Poeta”.El evento comenzó con palabras de los dirigentes Oscar Gencarelli y Jorge “el Turco” Zamar, quien presidía el club en aquel recordado año. También tomaron la palabra figuras del plantel como Sergio Módica y Marcelo Santoni, que no ocultaron la emoción al reencontrarse con sus viejos compañeros.La velada fue un viaje en el tiempo. Sobre la mesa desfilaron historias de esfuerzo, sueños compartidos y anécdotas que dejaron huella. Como aquella insólita historia contada por Eduardo Colazo: “El día del ascenso había mucha euforia. Jorge Zamar estaba tan ido por los festejos que se fue en su auto, hizo como 100 kilómetros… y se olvidó de llevar a su esposa y sus hijos”.El plantel de aquella tarde en Pergamino quedó grabado en la memoria del pueblo “albo”: Amaya en el arco; Rafael Díaz, Adrián Bozoletti, Raúl Britos y Rubén Rodríguez en defensa; Colazo, Cuello y Módica en el medio; y Santoni, Cristian Sabir y el inolvidable Albeiro “Palomo” Usuriaga en ofensiva. También fueron parte Daniel Ríos, Oscar Osorio, Walter Boldorini, Pablo Brandán, David Vega, Cristian Durán y muchos más.La dirigencia entregó a cada uno de los jugadores presentes un banderín con la imagen del plantel campeón y la leyenda “Sueño cumplido”. Un gesto simple, pero profundo.El platel campeón de Juniors en 2000 festejó anoche los 25 años del ascenso a la Primera Nacional. Gran asado, casi todos presentes, incluso muchos viajaron para poder estar. Los futbolistas se llevaron ese banderín de recuerdo. pic.twitter.com/OeZyWwNa7L— Agustín Caretó (@acareto_MundoD) June 26, 2025No faltaron las menciones a Usuriaga, asesinado en 2004, cuyo paso fugaz por Juniors quedó inmortalizado en las historias. Como la que compartieron Bozoletti y Módica, cuando en una concentración el colombiano se adueñó del control remoto del único televisor para ver un partido de Independiente, y no permitió que el resto del plantel cambiara de canal. “Concentrábamos en Saldán cuando éramos locales. Teníamos un solo televisor para todos por aquel entonces. Y era un viernes por la noche en que jugaba Independiente. No había Playstation ni nada. Habíamos visto fútbol todo el día y teníamos ganar de mirar una película. Pero Usuriaga estaba viendo el partido y no soltaba el control remoto”, contó entre risas Adrián Bozoletti al recordar una anécdota que no tiene desperdicio. “Fui y se lo cambié de pecho para poner una película. Se calentó, se paró, y volvió a poner el partido. Fuimos con (Sergio) Módica y se lo volvimos a cambiar. Y así varias veces hasta que al final pegó un grito y vino para arrancarme la cabeza. Gracias a dios que varios lo frenaron”, agregó el ex Instituto. Y ahora viene lo mejor. Lo cuenta Módica: “Después de los empujones lo miro al Palomo y le digo: ´¡Pará hermano, se te salió la cadena!´ Y como aquel otro tenía cadenas por todos lados, pensó que se le había caído una. Y gritaba, ´¿dónde, dónde, dónde están mis cadenas?´” Fue tan gracioso todo que se terminó la bronca y nos empezamos a reír”.Luego la noche se fue apagando lentamente, pero el fuego de aquel recuerdo sigue encendido en el alma del club. En tiempos en que el fútbol muchas veces se olvida de sus historias más nobles, Juniors se dio el gusto de recordar a varios de sus máximos héroes. La Voz