Quizá la receta más importante de Lucía Scarpa no sea la que todos piensan que es. Ni la ensalada de cous cous ni los bizcochitos de chipá, sino una mucho más importante y que aplica para todo en la vida: la sencillez y la sonrisa. Así se mostró durante los 35 minutos de charla con LA NACIÓN, donde habló de su trabajo como chef privada de famosos. ¿Qué famosos? Cantantes, futbolistas, influencers y actrices. Nacionales e internacionales. Desde Stephanie Demner, Eugenia ‘la China’ Suárez, Wos y Nathy Peluso hasta Miguel Merentiel, Matías Zaracho y Gary Medel. Y, como si eso fuera poco, también les preparó sus platos a dos campeones del mundo: Marcos ‘Huevo’ Acuña y Nicolás Tagliafico.
Con casi 300 mil seguidores en Instagram y más de 700 mil en TikTok, Google define a Lucía como una “personalidad de Internet”. Ella se ríe ante esa definición y dice que prefiere el título de “chef privada”. De hecho, en la calle y en las canchas de hockey la reconocen así: como “la chef privada de los famosos”.
Hace 1 año, LA NACIÓN la entrevistó por un video viral en TikTok con el cantante Valentín Oliva, más conocido como Wos, y desde entonces su vida cambió por completo: creció de a miles en cantidad de seguidores, incorporó nuevos clientes famosos, empezó a trabajar en redes con diferentes marcas y no tiene ni un solo día libre en la semana.
Va a una casa diferente de lunes a viernes, con excepción del jugador Marcos Acuña, en donde trabaja dos veces por semana y con quien está desde septiembre del año pasado, cuando el jugador de la selección argentina volvió a River. “Los amo, los siento ya mi familia”, aseguró Lucía. Su jornada laboral no tiene horario fijo de entrada ni de salida. Eso lo maneja sobre la marcha. Cobra por día de trabajo. “Tengo mis honorarios y los viáticos, y los tickets de los productos que compro para cocinar se los presento también a ellos”, resumió.
A cada casa a la que va, Lucía cocina entre 10 y 12 preparaciones por día. Ensaladas, platos principales, postres, meriendas, todo. Lo que quiera el cliente. Tiene un menú básico para ofrecer, pero está abierta a cualquier pedido. “El restaurante en el que trabajé me dio mucha cancha. La carrera también, pero el restaurante aún más. Hoy en día puedo preparar todos esos platos en una sola jornada porque allá tenía 40 comensales en una noche, si puedo sacar 40 a la vez, 12 preparaciones también”, aseguró. Cuando se refiere al restaurante, habla de “El Jardín de Coquette”, un bar en Mallorca donde trabajó cuando tenía solo 19 años. Y cuando habla de carrera se refiere a la de chef profesional, de la cual se graduó en 2019 en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG), tras dos años de estudio.
Si una palabra pudiera definir a Lucía, sería “lanzada”. O “valiente”. O “lanzada y valiente”. Cuando terminó la carrera en el IAG, surgió la oportunidad de trabajar en Mallorca y no lo dudó: “Me llamó una mujer, era la socia capitalista, me dijo que ella ponía la plata y yo el trabajo, que si me animaba a viajar y abrir ese lugar y le dije que sí”. Trabajó ahí en la temporada de 2019 y 2022. En el medio la pasó mal por el Covid. Y en 2023, cuando tenía que pensar si volver a hacer temporada o no en Mallorca, decidió apostar fuerte en la Argentina con su emprendimiento de catering de tortas y viandas que había empezado mientras estudiaba. Ahí fue que una de las viandas le llegó a Wos… y todo cambió.
“Mi papá es amigo de un productor de Wos. Una vez me vio cocinando hasta cualquier hora en mi casa y me preguntó qué hacía. Ahí le conté de las viandas y me dijo: ‘Me sirven para Valentín, para que pueda alimentarse bien’. Le pasé el menú, le copó, las comieron. Y al mes tenían que grabar el tercer disco y otra vez me dijo: ‘Necesitamos una chef privada para que les puedan ir a cocinar, ya que se instalan todo diciembre en una casa’. Y fui”, detalló Lucía, al tiempo que remarcó: “La gastronomía es para vivirla así”. Cuando dice vivirla así se refiere a animarse, a decir que sí, a probar, a fluir, a tirarse a la pileta de cabeza. “Me llamaron un jueves, dije que sí, y cuando pregunté cuándo había que arrancar me dijeron ‘mañana’”.
En ese momento, el celular y las redes no eran una herramienta de trabajo para Lucía, pero pensó que la experiencia con Wos era demasiado buena como para compartirla solo con sus amigos y familiares. Por eso, publicó el video que se viralizó en TikTok y que fue el comienzo de una carrera en ascenso. Algo así como un efecto dominó. El video con el cantante fue la pieza que empujó a otras y que ahora es muy difícil de frenar. “Subí el video y ahí pegó. Después volví a cocinarle a él en febrero de 2024 y en marzo ya me contactó Figal (defensor de Boca Juniors)”, reveló.
Lucía Scarpa, como chef privada del Huevo Acuña
Figal fue el primero de una amplia lista de futbolistas. Le siguieron Miguel Merentiel, Adam Bareiro, Iván Tapia, Gary Medel, Matías Zaracho, Marcos Pellegrino e Iván Leguizamón. También Marcos Acuña y Nico Tagliafico.
Pese a que Lucía no se define como “cholula” ni “fanática del fútbol”, sí destacó la emoción que le pasó por el cuerpo cuando Caro Calvagni, mujer de Tagliafico, la contactó a través de Instagram para pedirle sus servicios: “A veces no dimensiono dónde estoy o con quiénes. Cuando salí de la casa de Tagliafico me puse a llorar”.
No solo cocinó para el campeón del mundo, sino que compartió tardes de cocina con Caro Calvagni enseñándole a hacer panqueques saludables y, como broche de oro, se sacó una foto con ellos. También se dio el lujo de estrenar la cocina de la casa recién inaugurada de la pareja en la Argentina.
“Vinieron por las Fiestas y me contrataron ahí. La casa es increíble, ella me decía: ‘Lu vos sos consciente de que la vas a estrenar, ¿no?’”. Antes de ir a cada casa que contrata sus servicios, Lucía solo lleva una cosa: sus cuchillos afilados. El resto utiliza lo que hay en cada hogar y asegura que es una fiesta encontrarse con “cocinas tan tremendas” y bien equipadas.
Las redes se las maneja ella. No le dedica el tiempo que quisiera, pero tampoco se pone exigencias. Cada vez que va a una casa graba, después pide permiso para publicar, y, cuando tiene tiempo, lo comparte. El esfuerzo vale la pena. La gran mayoría de los clientes que la contratan lo hacen a través de esa vía. Cuando trabajó para Nathy Peluso se emocionó tanto como cuando lo hizo para Tagliafico. Su sueño es incorporar a su carpeta de clientes a dos grandes cantantes de la Argentina: Tini Stoessel y Emilia Mernes.
Pero, también, para Lucía, hay un anhelo más grande aún: “Quisiera abrir mi restaurante acá. Soy bastante pro Argentina. Quién dice una cadena y alguno en otro lado. Mi ideal de restaurante es que puedan venir todos mis seguidores a comer y probar mis cosas”.
La ensalada de cous cous y los bizcochitos de chipa son los platos más requeridos por sus clientes. Lo más extraño que le pidieron cocinar es una sopa paraguaya. Aunque no sepa de qué se trata, Lucía siempre dice que sí. A todo. Después investiga y lo hace. Se lanza a la aventura. Una aventura que empezó con una milanesa con fritas para Wos y que no tiene ningún final a la vista de cada mesada que toca.
Quizá la receta más importante de Lucía Scarpa no sea la que todos piensan que es. Ni la ensalada de cous cous ni los bizcochitos de chipá, sino una mucho más importante y que aplica para todo en la vida: la sencillez y la sonrisa. Así se mostró durante los 35 minutos de charla con LA NACIÓN, donde habló de su trabajo como chef privada de famosos. ¿Qué famosos? Cantantes, futbolistas, influencers y actrices. Nacionales e internacionales. Desde Stephanie Demner, Eugenia ‘la China’ Suárez, Wos y Nathy Peluso hasta Miguel Merentiel, Matías Zaracho y Gary Medel. Y, como si eso fuera poco, también les preparó sus platos a dos campeones del mundo: Marcos ‘Huevo’ Acuña y Nicolás Tagliafico.
Con casi 300 mil seguidores en Instagram y más de 700 mil en TikTok, Google define a Lucía como una “personalidad de Internet”. Ella se ríe ante esa definición y dice que prefiere el título de “chef privada”. De hecho, en la calle y en las canchas de hockey la reconocen así: como “la chef privada de los famosos”.
Hace 1 año, LA NACIÓN la entrevistó por un video viral en TikTok con el cantante Valentín Oliva, más conocido como Wos, y desde entonces su vida cambió por completo: creció de a miles en cantidad de seguidores, incorporó nuevos clientes famosos, empezó a trabajar en redes con diferentes marcas y no tiene ni un solo día libre en la semana.
Va a una casa diferente de lunes a viernes, con excepción del jugador Marcos Acuña, en donde trabaja dos veces por semana y con quien está desde septiembre del año pasado, cuando el jugador de la selección argentina volvió a River. “Los amo, los siento ya mi familia”, aseguró Lucía. Su jornada laboral no tiene horario fijo de entrada ni de salida. Eso lo maneja sobre la marcha. Cobra por día de trabajo. “Tengo mis honorarios y los viáticos, y los tickets de los productos que compro para cocinar se los presento también a ellos”, resumió.
A cada casa a la que va, Lucía cocina entre 10 y 12 preparaciones por día. Ensaladas, platos principales, postres, meriendas, todo. Lo que quiera el cliente. Tiene un menú básico para ofrecer, pero está abierta a cualquier pedido. “El restaurante en el que trabajé me dio mucha cancha. La carrera también, pero el restaurante aún más. Hoy en día puedo preparar todos esos platos en una sola jornada porque allá tenía 40 comensales en una noche, si puedo sacar 40 a la vez, 12 preparaciones también”, aseguró. Cuando se refiere al restaurante, habla de “El Jardín de Coquette”, un bar en Mallorca donde trabajó cuando tenía solo 19 años. Y cuando habla de carrera se refiere a la de chef profesional, de la cual se graduó en 2019 en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG), tras dos años de estudio.
Si una palabra pudiera definir a Lucía, sería “lanzada”. O “valiente”. O “lanzada y valiente”. Cuando terminó la carrera en el IAG, surgió la oportunidad de trabajar en Mallorca y no lo dudó: “Me llamó una mujer, era la socia capitalista, me dijo que ella ponía la plata y yo el trabajo, que si me animaba a viajar y abrir ese lugar y le dije que sí”. Trabajó ahí en la temporada de 2019 y 2022. En el medio la pasó mal por el Covid. Y en 2023, cuando tenía que pensar si volver a hacer temporada o no en Mallorca, decidió apostar fuerte en la Argentina con su emprendimiento de catering de tortas y viandas que había empezado mientras estudiaba. Ahí fue que una de las viandas le llegó a Wos… y todo cambió.
“Mi papá es amigo de un productor de Wos. Una vez me vio cocinando hasta cualquier hora en mi casa y me preguntó qué hacía. Ahí le conté de las viandas y me dijo: ‘Me sirven para Valentín, para que pueda alimentarse bien’. Le pasé el menú, le copó, las comieron. Y al mes tenían que grabar el tercer disco y otra vez me dijo: ‘Necesitamos una chef privada para que les puedan ir a cocinar, ya que se instalan todo diciembre en una casa’. Y fui”, detalló Lucía, al tiempo que remarcó: “La gastronomía es para vivirla así”. Cuando dice vivirla así se refiere a animarse, a decir que sí, a probar, a fluir, a tirarse a la pileta de cabeza. “Me llamaron un jueves, dije que sí, y cuando pregunté cuándo había que arrancar me dijeron ‘mañana’”.
En ese momento, el celular y las redes no eran una herramienta de trabajo para Lucía, pero pensó que la experiencia con Wos era demasiado buena como para compartirla solo con sus amigos y familiares. Por eso, publicó el video que se viralizó en TikTok y que fue el comienzo de una carrera en ascenso. Algo así como un efecto dominó. El video con el cantante fue la pieza que empujó a otras y que ahora es muy difícil de frenar. “Subí el video y ahí pegó. Después volví a cocinarle a él en febrero de 2024 y en marzo ya me contactó Figal (defensor de Boca Juniors)”, reveló.
Lucía Scarpa, como chef privada del Huevo Acuña
Figal fue el primero de una amplia lista de futbolistas. Le siguieron Miguel Merentiel, Adam Bareiro, Iván Tapia, Gary Medel, Matías Zaracho, Marcos Pellegrino e Iván Leguizamón. También Marcos Acuña y Nico Tagliafico.
Pese a que Lucía no se define como “cholula” ni “fanática del fútbol”, sí destacó la emoción que le pasó por el cuerpo cuando Caro Calvagni, mujer de Tagliafico, la contactó a través de Instagram para pedirle sus servicios: “A veces no dimensiono dónde estoy o con quiénes. Cuando salí de la casa de Tagliafico me puse a llorar”.
No solo cocinó para el campeón del mundo, sino que compartió tardes de cocina con Caro Calvagni enseñándole a hacer panqueques saludables y, como broche de oro, se sacó una foto con ellos. También se dio el lujo de estrenar la cocina de la casa recién inaugurada de la pareja en la Argentina.
“Vinieron por las Fiestas y me contrataron ahí. La casa es increíble, ella me decía: ‘Lu vos sos consciente de que la vas a estrenar, ¿no?’”. Antes de ir a cada casa que contrata sus servicios, Lucía solo lleva una cosa: sus cuchillos afilados. El resto utiliza lo que hay en cada hogar y asegura que es una fiesta encontrarse con “cocinas tan tremendas” y bien equipadas.
Las redes se las maneja ella. No le dedica el tiempo que quisiera, pero tampoco se pone exigencias. Cada vez que va a una casa graba, después pide permiso para publicar, y, cuando tiene tiempo, lo comparte. El esfuerzo vale la pena. La gran mayoría de los clientes que la contratan lo hacen a través de esa vía. Cuando trabajó para Nathy Peluso se emocionó tanto como cuando lo hizo para Tagliafico. Su sueño es incorporar a su carpeta de clientes a dos grandes cantantes de la Argentina: Tini Stoessel y Emilia Mernes.
Pero, también, para Lucía, hay un anhelo más grande aún: “Quisiera abrir mi restaurante acá. Soy bastante pro Argentina. Quién dice una cadena y alguno en otro lado. Mi ideal de restaurante es que puedan venir todos mis seguidores a comer y probar mis cosas”.
La ensalada de cous cous y los bizcochitos de chipa son los platos más requeridos por sus clientes. Lo más extraño que le pidieron cocinar es una sopa paraguaya. Aunque no sepa de qué se trata, Lucía siempre dice que sí. A todo. Después investiga y lo hace. Se lanza a la aventura. Una aventura que empezó con una milanesa con fritas para Wos y que no tiene ningún final a la vista de cada mesada que toca.
Lucia Scarpa tiene 25 años y más de un millón de seguidores entre Instagram y la red social china; sus primeros pasos, sus clientes más famosos y los platos que más le piden LA NACION