Los colores son pasión en el fútbol argentino al punto que los hinchas dicen llevar la identidad cromática de sus clubes no sólo en el alma sino como una suerte de segunda segunda piel lo cual fue comprobado por un sencillo experimento realizado por científicos del Conicet: se raspó a cien hinchas en la frente con una trincheta y en sus capas subcutáneas aparecieron las tonalidades de sus equipos, incluso de aquellos que luces combinaciones tricolores como Chacarita. “Es un fenómeno netamente argentino” explicó el genetista rumano estadounidense Alvin Genoma, quien agregó que en algunos casos también aparecían los nombres de los sponsors y los escudos.
Conocedor del inquietante poder encubierto de los colores futbolísticos es que el técnico de Racing, Gustavo Costas, decidió que la flamante incorporación del equipo, el no tan flamante Marcos Rojo, no lleve en el dorsal su apellido que alude decididamente al rival histórico Independiente de Avellaneda.
Por decisión del DT la casaca número seis de Racing lleva la inscripción “Marcos R” en el dorsal, una denominación que salvando enormes distancias puede remitir a CR7 pero que también podría generar confusión en los delanteros rivales ya que también remite a un activista como Malcom X, un rapero como Jay Z o a un barrio residencial como Belgrano R. Según algunas versiones la obsesión cromática de Costas impediría que el apellido Rojo sea leído por la voz del estadio en el Cilindro en el momento de dar las formaciones, tal como ocurrió con Mario Grana cuando firmó para Banfield clásico rival de Lanús, el Granate hace casi dos décadas.
“Esperemos que esta situación de ocultamiento de apellido no traiga algún problema en relación al derecho de identidad contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos” reflexionó un dirigente mientras ojeaba la Constitución Nacional, “o que le traiga al jugador una crisis de identidad con toda la carga desorientación en la vida que ese estado genera, lo cual es muy peligroso si se considera el lugar sensible que Rojo ocupa en la cancha” agregó.
Si bien la cuestión del apellido de Rojo reducido por razones futbolísticas a una “R” quedará resguardado en el inmenso archivo de anécdotas del fútbol argentino una fuente del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) indicó que en el organismo autárquico se encendieron luces de alarma (“estamos en alerta amarilla” graficó) y que está siguiendo el tema “con atención”. “En la medida que no afecte la correcta identificación del jugador que es la misión sagrada del RENAPER y la razón patriótica de su existencia no habría ningún problema con la designación Marcos R, pero no es de descartar que de manera sorpresiva personal de esta dependencia le solicité el DNI a Rojo en el momento de ingresar a la cancha para verificar que todo esté en regla” indicó el vocero. Está claro que ninguna decisión que se toma en el fútbol pasa desapercibida.
La selección más joven
Lejos de estas cuestiones de color, el planeta futbolero saluda y aplaude el nacimiento de una nueva selección de fútbol que se suma así al ecosistema de la Fifa y a la cual se le desea el mayor de los éxitos, se trata del seleccionado de Islas Marshall una república insular de 37 mil, 53 mil u 82 mil habitantes según distintas fuentes que aparentemente no se ponen de acuerdo, los cuales están distribuidos en mil islotes y atolones coralinos dispersos en dos millones de kilómetros cuadrados de Océano Pacífico, es decir de agua, lo que explicaría las dificultades para censarlos con relativa precisión. De todos modos y sea cual fuere el número de marshaleses su existencia podría constituir un milagro si se considera que los Estados Unidos, siempre respetuoso de la salud y la calidad de vida de quienes viven fuera de sus fronteras, utilizó sus atolones como banco de pruebas nucleares e hizo estallar 67 bombas atómicas entre 1946 y 1958 en el archipiélago, entre ellas una detonación de 15 megatones conocida como Castle Bravo .
Antes de que llegaran los norteamericanos con sus bombas los sufridos habitantes de las islas Marshall ya habían sobrevivido a las pestes y atropellos de ocupaciones coloniales españolas, inglesas, alemanas y japonesas, pero lamentablemente en materia de supervivencia no todo terminó para ellos porque ahora debido al cambio climático el nivel de los mares está subiendo y buena parte de la república va a quedar bajo el agua.
Frente a semejante historia de abusos que estas islas tengan un seleccionado de fútbol no sólo es una hazaña de resistencia vital sino un ejemplo de resiliencia frente a circunstancias por demás brutales y mortíferas, por lo que no sería de extrañar que una versión de la garra charrúa surja en un continente lejano como Oceanía. El correr de los partidos revelará el espíritu de la selección más joven del planeta.
Los colores son pasión en el fútbol argentino al punto que los hinchas dicen llevar la identidad cromática de sus clubes no sólo en el alma sino como una suerte de segunda segunda piel lo cual fue comprobado por un sencillo experimento realizado por científicos del Conicet: se raspó a cien hinchas en la frente con una trincheta y en sus capas subcutáneas aparecieron las tonalidades de sus equipos, incluso de aquellos que luces combinaciones tricolores como Chacarita. “Es un fenómeno netamente argentino” explicó el genetista rumano estadounidense Alvin Genoma, quien agregó que en algunos casos también aparecían los nombres de los sponsors y los escudos.
Conocedor del inquietante poder encubierto de los colores futbolísticos es que el técnico de Racing, Gustavo Costas, decidió que la flamante incorporación del equipo, el no tan flamante Marcos Rojo, no lleve en el dorsal su apellido que alude decididamente al rival histórico Independiente de Avellaneda.
Por decisión del DT la casaca número seis de Racing lleva la inscripción “Marcos R” en el dorsal, una denominación que salvando enormes distancias puede remitir a CR7 pero que también podría generar confusión en los delanteros rivales ya que también remite a un activista como Malcom X, un rapero como Jay Z o a un barrio residencial como Belgrano R. Según algunas versiones la obsesión cromática de Costas impediría que el apellido Rojo sea leído por la voz del estadio en el Cilindro en el momento de dar las formaciones, tal como ocurrió con Mario Grana cuando firmó para Banfield clásico rival de Lanús, el Granate hace casi dos décadas.
“Esperemos que esta situación de ocultamiento de apellido no traiga algún problema en relación al derecho de identidad contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos” reflexionó un dirigente mientras ojeaba la Constitución Nacional, “o que le traiga al jugador una crisis de identidad con toda la carga desorientación en la vida que ese estado genera, lo cual es muy peligroso si se considera el lugar sensible que Rojo ocupa en la cancha” agregó.
Si bien la cuestión del apellido de Rojo reducido por razones futbolísticas a una “R” quedará resguardado en el inmenso archivo de anécdotas del fútbol argentino una fuente del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) indicó que en el organismo autárquico se encendieron luces de alarma (“estamos en alerta amarilla” graficó) y que está siguiendo el tema “con atención”. “En la medida que no afecte la correcta identificación del jugador que es la misión sagrada del RENAPER y la razón patriótica de su existencia no habría ningún problema con la designación Marcos R, pero no es de descartar que de manera sorpresiva personal de esta dependencia le solicité el DNI a Rojo en el momento de ingresar a la cancha para verificar que todo esté en regla” indicó el vocero. Está claro que ninguna decisión que se toma en el fútbol pasa desapercibida.
La selección más joven
Lejos de estas cuestiones de color, el planeta futbolero saluda y aplaude el nacimiento de una nueva selección de fútbol que se suma así al ecosistema de la Fifa y a la cual se le desea el mayor de los éxitos, se trata del seleccionado de Islas Marshall una república insular de 37 mil, 53 mil u 82 mil habitantes según distintas fuentes que aparentemente no se ponen de acuerdo, los cuales están distribuidos en mil islotes y atolones coralinos dispersos en dos millones de kilómetros cuadrados de Océano Pacífico, es decir de agua, lo que explicaría las dificultades para censarlos con relativa precisión. De todos modos y sea cual fuere el número de marshaleses su existencia podría constituir un milagro si se considera que los Estados Unidos, siempre respetuoso de la salud y la calidad de vida de quienes viven fuera de sus fronteras, utilizó sus atolones como banco de pruebas nucleares e hizo estallar 67 bombas atómicas entre 1946 y 1958 en el archipiélago, entre ellas una detonación de 15 megatones conocida como Castle Bravo .
Antes de que llegaran los norteamericanos con sus bombas los sufridos habitantes de las islas Marshall ya habían sobrevivido a las pestes y atropellos de ocupaciones coloniales españolas, inglesas, alemanas y japonesas, pero lamentablemente en materia de supervivencia no todo terminó para ellos porque ahora debido al cambio climático el nivel de los mares está subiendo y buena parte de la república va a quedar bajo el agua.
Frente a semejante historia de abusos que estas islas tengan un seleccionado de fútbol no sólo es una hazaña de resistencia vital sino un ejemplo de resiliencia frente a circunstancias por demás brutales y mortíferas, por lo que no sería de extrañar que una versión de la garra charrúa surja en un continente lejano como Oceanía. El correr de los partidos revelará el espíritu de la selección más joven del planeta.
Los colores son pasión en el fútbol argentino al punto que los hinchas dicen llevar la identidad cromática de sus clubes no sólo en el alma sino como una suerte de segunda segunda piel lo cual fue comprobado por un sencillo experimento realizado por científicos del Conicet: se raspó a cien hinchas en la frente con una trincheta y en sus capas subcutáneas aparecieron las tonalidades de sus equipos, incluso de aquellos que luces combinaciones tricolores como Chacarita. “Es un fenómeno netamente argentino” explicó el genetista rumano estadounidense Alvin Genoma, quien agregó que en algunos casos también aparecían los nombres de los sponsors y los escudos.Conocedor del inquietante poder encubierto de los colores futbolísticos es que el técnico de Racing, Gustavo Costas, decidió que la flamante incorporación del equipo, el no tan flamante Marcos Rojo, no lleve en el dorsal su apellido que alude decididamente al rival histórico Independiente de Avellaneda.Por decisión del DT la casaca número seis de Racing lleva la inscripción “Marcos R” en el dorsal, una denominación que salvando enormes distancias puede remitir a CR7 pero que también podría generar confusión en los delanteros rivales ya que también remite a un activista como Malcom X, un rapero como Jay Z o a un barrio residencial como Belgrano R. Según algunas versiones la obsesión cromática de Costas impediría que el apellido Rojo sea leído por la voz del estadio en el Cilindro en el momento de dar las formaciones, tal como ocurrió con Mario Grana cuando firmó para Banfield clásico rival de Lanús, el Granate hace casi dos décadas.“Esperemos que esta situación de ocultamiento de apellido no traiga algún problema en relación al derecho de identidad contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos” reflexionó un dirigente mientras ojeaba la Constitución Nacional, “o que le traiga al jugador una crisis de identidad con toda la carga desorientación en la vida que ese estado genera, lo cual es muy peligroso si se considera el lugar sensible que Rojo ocupa en la cancha” agregó.Si bien la cuestión del apellido de Rojo reducido por razones futbolísticas a una “R” quedará resguardado en el inmenso archivo de anécdotas del fútbol argentino una fuente del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) indicó que en el organismo autárquico se encendieron luces de alarma (“estamos en alerta amarilla” graficó) y que está siguiendo el tema “con atención”. “En la medida que no afecte la correcta identificación del jugador que es la misión sagrada del RENAPER y la razón patriótica de su existencia no habría ningún problema con la designación Marcos R, pero no es de descartar que de manera sorpresiva personal de esta dependencia le solicité el DNI a Rojo en el momento de ingresar a la cancha para verificar que todo esté en regla” indicó el vocero. Está claro que ninguna decisión que se toma en el fútbol pasa desapercibida.La selección más jovenLejos de estas cuestiones de color, el planeta futbolero saluda y aplaude el nacimiento de una nueva selección de fútbol que se suma así al ecosistema de la Fifa y a la cual se le desea el mayor de los éxitos, se trata del seleccionado de Islas Marshall una república insular de 37 mil, 53 mil u 82 mil habitantes según distintas fuentes que aparentemente no se ponen de acuerdo, los cuales están distribuidos en mil islotes y atolones coralinos dispersos en dos millones de kilómetros cuadrados de Océano Pacífico, es decir de agua, lo que explicaría las dificultades para censarlos con relativa precisión. De todos modos y sea cual fuere el número de marshaleses su existencia podría constituir un milagro si se considera que los Estados Unidos, siempre respetuoso de la salud y la calidad de vida de quienes viven fuera de sus fronteras, utilizó sus atolones como banco de pruebas nucleares e hizo estallar 67 bombas atómicas entre 1946 y 1958 en el archipiélago, entre ellas una detonación de 15 megatones conocida como Castle Bravo .Antes de que llegaran los norteamericanos con sus bombas los sufridos habitantes de las islas Marshall ya habían sobrevivido a las pestes y atropellos de ocupaciones coloniales españolas, inglesas, alemanas y japonesas, pero lamentablemente en materia de supervivencia no todo terminó para ellos porque ahora debido al cambio climático el nivel de los mares está subiendo y buena parte de la república va a quedar bajo el agua.Frente a semejante historia de abusos que estas islas tengan un seleccionado de fútbol no sólo es una hazaña de resistencia vital sino un ejemplo de resiliencia frente a circunstancias por demás brutales y mortíferas, por lo que no sería de extrañar que una versión de la garra charrúa surja en un continente lejano como Oceanía. El correr de los partidos revelará el espíritu de la selección más joven del planeta. La Voz