San Lorenzo termina el año con un déficit de $ 700 millones mensuales, afuera de los torneos internacionales y obligado a vender juveniles

El 2024 de San Lorenzo deja alarmas de todos los colores: terminó 24 entre 28 equipos en la Liga Profesional; no obtuvo el pasaje a alguna competencia internacional para la próxima temporada, eyectó de sus funciones a tres de sus últimos ídolos como Néstor Ortigoza, Leandro Romagnoli y Rubén Darío Insúa, tuvo tres reestructuraciones en el Consejo de Fútbol y acaba de poner en funciones al cuarto, aumentó su pasivo en un 27%, y, en un hecho sin precedentes, la Comisión Fiscalizadora -el órgano de control de gestión- rechazó los números del último ejercicio contable. La última imagen del equipo es todo un símbolo: el vasco Iker Muniain, un capitán importado, asistió junto a todos sus compañeros al reclamo furioso de los hinchas que acudieron al Nuevo Gasómetro para ver la derrota con Tigre por 1-0. El Ciclón no sopla.

Antes del partido en el Bajo Flores, San Lorenzo debía ponerse al día en lo institucional. Es decir, aprobar los números del último balance contable. Cinco de los siete fiscalizadores votaron en contra y recomendaron su rechazo. Pese a eso, el oficialismo consiguió que hubiera quórum y la reunión pautada en el polideportivo de la calle José Mármol pudo comenzar. Sin embargo, debió interrumpirse porque un grupo de socios ingresó al lugar donde se realizaba la asamblea. Una noticia había alterado los ánimos: se conoció que la institución había vendido el 50% del mediocampista Santiago Sosa y del delantero Agustín Hausch en US$ 1,7 millones brutos a Defensa y Justicia. Se había desprendido de parte de su patrimonio -Sosa es (o era) una de las joyas de sus inferiores- para pagar compromisos asumidos con su plantel.

En la famosa nave del Nuevo Gasómetro, el presidente Moretti negó que la transacción estuviera cerrada. Habló de una situación económica “casi terminal” y dijo que habían conseguido liquidez con aportes de los dirigentes. Según pudo reconstruir LA NACION, las ventas de Sosa y Hausch están cerradas y firmadas, pero en San Lorenzo aseguran que el dinero no ingresó aún a las cuentas bancarias de la institución. Se trató de una solución -un parche, más bien- ideado por Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados. Los jugadores azulgranas acudieron al gremio ante los constantes atrasos en los pagos. Querían asesorarse acerca de los pasos a seguir y hubo alguno que preguntó por la libertad de acción. Eso hubiera sido otro palo para el ya maltrecho patrimonio del club. Entonces, Marchi fue con Moretti a las oficinas de Christian Bragarnik, quien además representa a Hausch. En las primeras conversaciones apareció el nombre de Iván Leguizamón, pero el extremo paraguayo no estaba del todo convencido del pase. La solución llegó con Sosa y el propio Hausch. “Está todo cerrado”, confirman a este diario dos fuentes independientes. Más: cerca de US$ 650 mil se usaron para que parte del plantel cobrara el mes de octubre.

Las ventadas -forzadas, obligadas- de Sosa y Hausch ilustran el estado de necesidad y urgencia en el que vive San Lorenzo. “Arrancaron con un déficit de 250 mil dólares en enero y lo llevaron a 800 mil en siete meses, con resultados deportivos que hablan por sí solos”, dice a LA NACION Pablo García Lago, quien fue secretario general de esta misma administración y renunció, enfrentado con Moretti. Ahora mantiene su puesto en la comisión directiva, para el que fue votado por los socios. “Me fui solo. Que hayan pedido mi renuncia es otra cosa. Decir que me echaron es no conocer los cojones que tengo. Gobernar implica tomar decisiones. Pagar el costo político de tomarlas. No se hizo: no se tomó una sola decisión. Se cargaron a tres ídolos, a 90 mil socios: ¡se cargaron a un club entero!”, protesta. Y diagnostica la situación actual: “Moretti es una caricatura de un presidente. No tiene capacidad ni liderazgo. San Lorenzo está quebrado”. Desde el club, en cambio, aseguran que el rojo cuando asumieron era cercano a los 400 mil dólares. Y que ahora aumentó producto de los nuevos contratos en el plantel profesional y los refuerzos que se trajeron.

COMUNICADO OFICIAL

Por iniciativa del presidente Marcelo Moretti, hoy se decidió la conformación de un nuevo Departamento de Fútbol, que será encabezado por el vicepresidente primero de la institución, Néstor Navarro.

Por otra parte, también Navarro pasará a liderar un equipo… pic.twitter.com/B4QsevL3qt

— San Lorenzo (@SanLorenzo) December 17, 2024

Uno de los dos dictámenes en contra del balance que debió tratarse el viernes en asamblea va en sintonía con lo que dice Garía Lago. “Actualmente, el club no puede hacer frente a todas las obligaciones corrientes”, se lee en el documento firmado por Miriam Peral, Mariano Lomolino y Marcelo Meis al que tuvo acceso LA NACION. Los tres fiscalizadores aportan que las cuentas del club no pasan una prueba de liquidez, un simple cociente financiero que debería ser mayor a 1 y da 0,33. Además, los fiscalizadores señalan que lejos de entrar en un período de saneamiento, los números muestran un incremento del pasivo: “Se vislumbra un aumento significativo (27.02%), y se colige que la gestión financiera no ha encontrado una propuesta tendiente a organizar las cuentas, gastos e inversiones que resultan necesarias para regularizar la situación patrimonial del club”. En criollo: la perspectiva económica de San Lorenzo es complicada.

Leandro Goroyesky, tesorero de San Lorenzo, rebate los argumentos del dictamen. El directivo recuerda que el oficialismo “es minoría” en la comisión fiscalizadora. Y agrega: “Un sector [de la comisión] actuó con malicia, porque se abrió toda la documentación. Politizaron el dictamen con el objetivo de perjudicar al club y confundir a la asamblea”.

Ariel Deán es otro de los fiscalizadores que dictaminó en contra del ejercicio contable. “El balance del oficialismo refleja lo mala que es su gestión. Se incrementaron el pasivo, las deudas y el gasto en fútbol profesional, con pésimos resultados deportivos”, cuenta a LA NACION. Y añade: “Además, hay un reconocimiento de mutuos [acuerdos privados] y un recálculo de deuda con ex directivos que incrementan el pasivo corriente [las deudas exigibles a corto plazo] en más de US$ 4 millones. Por último, se contabiliza una nueva deuda con una empresa de los Estados Unidos por US$ 1,5 millones sin la suficiente documentación respaldatoria”.

Otro allegado al club que habla en off es lapidario: “Moretti agarró San Lorenzo en una situación complicada, muy difícil. ¡Y la empeoró!”. Y agrega: “En el club no hay nada normal. Se financian con gente complicada y es una preocupación. No es que le debés a un banco suizo”. En este sentido, Moretti delegó en la medianoche del martes el manejo del fútbol en el vicepresidente Néstor Navarro, dedicado al negocio frigorífico y que, según fuentes del club, ya ayudó económicamente al club con la inhibición del colombiano Yeison Gordillo y con cuestiones relacionadas con el último contrato del paraguayo Adam Bareiro (vendido a River en el último mercado de pases a cambio de US$ 4,5 millones por el 100%). “Por un tema fiscal, Navarro vive en Uruguay y se lo vio en una sola reunión de comisión directiva”, apunta el informante. Ahora detentará el poder delegado por Moretti. ¿Desde Punta del Este?

El abogado César Francis es opositor a Moretti y ex candidato a presidente por la agrupación Volver a San Lorenzo. Para él, la irrupción de Navarro en la gestión del Ciclón es “un enroque de hologramas”. Y lo justifica en una charla telefónica con LA NACION: “Moretti quedó vacío: no maneja ni la economía ni el fútbol. Y le dio el poder a alguien que si pisó diez veces el Nuevo Gasómetro es mucho. Nadie sabe qué piensa Navarro. No se le escuchó la voz. No conoce el mundo San Lorenzo. Va a ser otro pasante”. Y sobre el 2025 del Ciclón, Francis adelanta: “Hablan al mismo tiempo de austeridad para el año próximo y un club en estado terminal. ¡Ahí lo llevaron ellos! A un club en estado terminal no le podés quitar la medicación: hay que ponerlo fuerte, darle todo para que se robustezca. Se necesita racionalidad y gestión para el crecimiento y el desarrollo del club. No se puede rascar la olla porque nos llevarán a la muerte por inanición”.

De los millones al ajuste forzoso

Apenas terminado el partido con Tigre, el tesorero Goroyesky -designado por el club para responder a las consultas de este diario- habló de “un presupuesto más austero” para la próxima temporada. También hizo autocrítica y reconoció errores en la gestión: según estimaciones de fuentes al tanto, el plantel profesional le cuesta a San Lorenzo cerca de US$ 1 millón al mes. En el balance que aún no se aprobó, el gasto en este ítem pasó de $14.177.675.699 a $22.668.057.508. Hay varios casos paradigmáticos, como los delanteros Facundo Bruera, Francisco Fydriszewski y Diego Herazo. Conviene ir por partes.

Bruera llegó desde Olimpia de Paraguay a cambio de 1,25 millones de dólares. Detrás del pago hubo toda una ingeniería financiera que incluyó… al propio futbolista. Porque San Lorenzo recibió US$ 648 mil del jugador, que devolverá en forma de primas durante los tres años de contrato que le firmó. Así, el Ciclón consiguió liquidez inmediata y pudo abonarle su pase a los paraguayos. El problema es que se endeudó y ¡casi ni lo usó! Apenas 8 minutos en el 0-1 contra Atlético Tucumán del 10 de agosto. US$ 150 mil por cada sesenta segundos con la camiseta azulgrana. Luego, Bruera fue cedido a préstamo a Barracas Central, donde lleva tres goles en 11 partidos.

HABLEMOS DE LO HERMOSO QUE ES EL FÚTBOL: Facundo Bruera marcó para Barracas Central en el Ducó y se lo dedicó a su familia. ¡Atención a la emoción TOTAL en la tribuna! 🥲👏🏻

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— SportsCenter (@SC_ESPN) December 13, 2024

Algo parecido ocurrió con Diego Herazo. El Ciclón pagó 900 mil dólares por el pase del “Lukaku” colombiano. Jugó 413 minutos distribuidos en 14 partidos. Apenas convirtió un gol: a Tigre en el 2-0 por la Copa de la Liga del 17 de febrero. Luego, el delantero se fue cedido a Nacional de Montevideo, una vez que Leandro Romagnoli, su entrenador en el Ciclón, lo descartó. San Lorenzo apenas recuperó 70 mil dólares de su inversión. “Son casos que no pueden volver a repetirse”, estiman en el club.

El tercer ejemplo es el del “Polaco” Fydriszewski. El ex goleador de Newell’s abandonó Barcelona de Ecuador en conflicto con el club y firmó en Boedo un contrato por dos temporadas. Delantero como Bruera y Herazo, también jugó apenas un puñado de minutos: 91, desperdigados en cuatro partidos. Nunca fue titular y bastó un penal picado (y atajado) en la última jugada del partido con Godoy Cruz en Mendoza para que le rescindieran el contrato. “No fue lo deseado, pero la salida se dio de común acuerdo: trabajó una cantidad de meses y se le respetó eso”, dicen en las oficinas de la avenida La Plata. Y retrucan: “Es fútbol. No dicen nada de [Jhohan] Romaña, [Alexis] Cuello o mismo Muniain que fueron un éxito y son de Moretti”.

¡INCREÍBLE LO DE FYDRISZEWSKI! ¡EL JUGADOR DEL CICLÓN LA PINCHÓ EN LA ÚLTIMA DEL PARTIDO Y PETROLI SE LO ATAJÓ!

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— SportsCenter (@SC_ESPN) October 12, 2024

En las oficinas de San Lorenzo aceptan que el club pierde cerca de 700 millones de pesos por mes (US$ 700 mil), y que la cifra fluctúa en función de los embargos bancarios, las inhibiciones y hasta los juicios que aparecen todos los días. Si se tiene en cuenta ese número, el club debería vender por al menos US$ 8,4 millones para enderezar las cuentas. “Eso, como mínimo, porque cuando hacés las cuentas y pagás los acuerdos ya firmados que dependen de esos ingresos extraordinarios te queda poco y nada”, admiten. “La situación es compleja”, se sinceran.

Como si el panorama no fuera complicado, una oferta de Botafogo, flamante campeón de la Copa Libertadores, por el capitán Muniain, podría privar a los hinchas del Ciclón de uno de los pocos futbolistas que dio la talla en el semestre. En el club aclaran que los brasileños tendrán que “sentarse a negociar” y que el español no tiene cláusula de salida en este mercado de pases. La gente de San Lorenzo intuye que se avecina una fuga de talento para equilibrar las cuentas. Y que, como consecuencia obvia, se vienen los pibes. Al menos, la Reserva de Damián Ayude, subcampeona de la Copa Proyección, invita a soñar con un futuro mejor.

El 2024 de San Lorenzo deja alarmas de todos los colores: terminó 24 entre 28 equipos en la Liga Profesional; no obtuvo el pasaje a alguna competencia internacional para la próxima temporada, eyectó de sus funciones a tres de sus últimos ídolos como Néstor Ortigoza, Leandro Romagnoli y Rubén Darío Insúa, tuvo tres reestructuraciones en el Consejo de Fútbol y acaba de poner en funciones al cuarto, aumentó su pasivo en un 27%, y, en un hecho sin precedentes, la Comisión Fiscalizadora -el órgano de control de gestión- rechazó los números del último ejercicio contable. La última imagen del equipo es todo un símbolo: el vasco Iker Muniain, un capitán importado, asistió junto a todos sus compañeros al reclamo furioso de los hinchas que acudieron al Nuevo Gasómetro para ver la derrota con Tigre por 1-0. El Ciclón no sopla.

Antes del partido en el Bajo Flores, San Lorenzo debía ponerse al día en lo institucional. Es decir, aprobar los números del último balance contable. Cinco de los siete fiscalizadores votaron en contra y recomendaron su rechazo. Pese a eso, el oficialismo consiguió que hubiera quórum y la reunión pautada en el polideportivo de la calle José Mármol pudo comenzar. Sin embargo, debió interrumpirse porque un grupo de socios ingresó al lugar donde se realizaba la asamblea. Una noticia había alterado los ánimos: se conoció que la institución había vendido el 50% del mediocampista Santiago Sosa y del delantero Agustín Hausch en US$ 1,7 millones brutos a Defensa y Justicia. Se había desprendido de parte de su patrimonio -Sosa es (o era) una de las joyas de sus inferiores- para pagar compromisos asumidos con su plantel.

En la famosa nave del Nuevo Gasómetro, el presidente Moretti negó que la transacción estuviera cerrada. Habló de una situación económica “casi terminal” y dijo que habían conseguido liquidez con aportes de los dirigentes. Según pudo reconstruir LA NACION, las ventas de Sosa y Hausch están cerradas y firmadas, pero en San Lorenzo aseguran que el dinero no ingresó aún a las cuentas bancarias de la institución. Se trató de una solución -un parche, más bien- ideado por Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados. Los jugadores azulgranas acudieron al gremio ante los constantes atrasos en los pagos. Querían asesorarse acerca de los pasos a seguir y hubo alguno que preguntó por la libertad de acción. Eso hubiera sido otro palo para el ya maltrecho patrimonio del club. Entonces, Marchi fue con Moretti a las oficinas de Christian Bragarnik, quien además representa a Hausch. En las primeras conversaciones apareció el nombre de Iván Leguizamón, pero el extremo paraguayo no estaba del todo convencido del pase. La solución llegó con Sosa y el propio Hausch. “Está todo cerrado”, confirman a este diario dos fuentes independientes. Más: cerca de US$ 650 mil se usaron para que parte del plantel cobrara el mes de octubre.

Las ventadas -forzadas, obligadas- de Sosa y Hausch ilustran el estado de necesidad y urgencia en el que vive San Lorenzo. “Arrancaron con un déficit de 250 mil dólares en enero y lo llevaron a 800 mil en siete meses, con resultados deportivos que hablan por sí solos”, dice a LA NACION Pablo García Lago, quien fue secretario general de esta misma administración y renunció, enfrentado con Moretti. Ahora mantiene su puesto en la comisión directiva, para el que fue votado por los socios. “Me fui solo. Que hayan pedido mi renuncia es otra cosa. Decir que me echaron es no conocer los cojones que tengo. Gobernar implica tomar decisiones. Pagar el costo político de tomarlas. No se hizo: no se tomó una sola decisión. Se cargaron a tres ídolos, a 90 mil socios: ¡se cargaron a un club entero!”, protesta. Y diagnostica la situación actual: “Moretti es una caricatura de un presidente. No tiene capacidad ni liderazgo. San Lorenzo está quebrado”. Desde el club, en cambio, aseguran que el rojo cuando asumieron era cercano a los 400 mil dólares. Y que ahora aumentó producto de los nuevos contratos en el plantel profesional y los refuerzos que se trajeron.

COMUNICADO OFICIAL

Por iniciativa del presidente Marcelo Moretti, hoy se decidió la conformación de un nuevo Departamento de Fútbol, que será encabezado por el vicepresidente primero de la institución, Néstor Navarro.

Por otra parte, también Navarro pasará a liderar un equipo… pic.twitter.com/B4QsevL3qt

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Uno de los dos dictámenes en contra del balance que debió tratarse el viernes en asamblea va en sintonía con lo que dice Garía Lago. “Actualmente, el club no puede hacer frente a todas las obligaciones corrientes”, se lee en el documento firmado por Miriam Peral, Mariano Lomolino y Marcelo Meis al que tuvo acceso LA NACION. Los tres fiscalizadores aportan que las cuentas del club no pasan una prueba de liquidez, un simple cociente financiero que debería ser mayor a 1 y da 0,33. Además, los fiscalizadores señalan que lejos de entrar en un período de saneamiento, los números muestran un incremento del pasivo: “Se vislumbra un aumento significativo (27.02%), y se colige que la gestión financiera no ha encontrado una propuesta tendiente a organizar las cuentas, gastos e inversiones que resultan necesarias para regularizar la situación patrimonial del club”. En criollo: la perspectiva económica de San Lorenzo es complicada.

Leandro Goroyesky, tesorero de San Lorenzo, rebate los argumentos del dictamen. El directivo recuerda que el oficialismo “es minoría” en la comisión fiscalizadora. Y agrega: “Un sector [de la comisión] actuó con malicia, porque se abrió toda la documentación. Politizaron el dictamen con el objetivo de perjudicar al club y confundir a la asamblea”.

Ariel Deán es otro de los fiscalizadores que dictaminó en contra del ejercicio contable. “El balance del oficialismo refleja lo mala que es su gestión. Se incrementaron el pasivo, las deudas y el gasto en fútbol profesional, con pésimos resultados deportivos”, cuenta a LA NACION. Y añade: “Además, hay un reconocimiento de mutuos [acuerdos privados] y un recálculo de deuda con ex directivos que incrementan el pasivo corriente [las deudas exigibles a corto plazo] en más de US$ 4 millones. Por último, se contabiliza una nueva deuda con una empresa de los Estados Unidos por US$ 1,5 millones sin la suficiente documentación respaldatoria”.

Otro allegado al club que habla en off es lapidario: “Moretti agarró San Lorenzo en una situación complicada, muy difícil. ¡Y la empeoró!”. Y agrega: “En el club no hay nada normal. Se financian con gente complicada y es una preocupación. No es que le debés a un banco suizo”. En este sentido, Moretti delegó en la medianoche del martes el manejo del fútbol en el vicepresidente Néstor Navarro, dedicado al negocio frigorífico y que, según fuentes del club, ya ayudó económicamente al club con la inhibición del colombiano Yeison Gordillo y con cuestiones relacionadas con el último contrato del paraguayo Adam Bareiro (vendido a River en el último mercado de pases a cambio de US$ 4,5 millones por el 100%). “Por un tema fiscal, Navarro vive en Uruguay y se lo vio en una sola reunión de comisión directiva”, apunta el informante. Ahora detentará el poder delegado por Moretti. ¿Desde Punta del Este?

El abogado César Francis es opositor a Moretti y ex candidato a presidente por la agrupación Volver a San Lorenzo. Para él, la irrupción de Navarro en la gestión del Ciclón es “un enroque de hologramas”. Y lo justifica en una charla telefónica con LA NACION: “Moretti quedó vacío: no maneja ni la economía ni el fútbol. Y le dio el poder a alguien que si pisó diez veces el Nuevo Gasómetro es mucho. Nadie sabe qué piensa Navarro. No se le escuchó la voz. No conoce el mundo San Lorenzo. Va a ser otro pasante”. Y sobre el 2025 del Ciclón, Francis adelanta: “Hablan al mismo tiempo de austeridad para el año próximo y un club en estado terminal. ¡Ahí lo llevaron ellos! A un club en estado terminal no le podés quitar la medicación: hay que ponerlo fuerte, darle todo para que se robustezca. Se necesita racionalidad y gestión para el crecimiento y el desarrollo del club. No se puede rascar la olla porque nos llevarán a la muerte por inanición”.

De los millones al ajuste forzoso

Apenas terminado el partido con Tigre, el tesorero Goroyesky -designado por el club para responder a las consultas de este diario- habló de “un presupuesto más austero” para la próxima temporada. También hizo autocrítica y reconoció errores en la gestión: según estimaciones de fuentes al tanto, el plantel profesional le cuesta a San Lorenzo cerca de US$ 1 millón al mes. En el balance que aún no se aprobó, el gasto en este ítem pasó de $14.177.675.699 a $22.668.057.508. Hay varios casos paradigmáticos, como los delanteros Facundo Bruera, Francisco Fydriszewski y Diego Herazo. Conviene ir por partes.

Bruera llegó desde Olimpia de Paraguay a cambio de 1,25 millones de dólares. Detrás del pago hubo toda una ingeniería financiera que incluyó… al propio futbolista. Porque San Lorenzo recibió US$ 648 mil del jugador, que devolverá en forma de primas durante los tres años de contrato que le firmó. Así, el Ciclón consiguió liquidez inmediata y pudo abonarle su pase a los paraguayos. El problema es que se endeudó y ¡casi ni lo usó! Apenas 8 minutos en el 0-1 contra Atlético Tucumán del 10 de agosto. US$ 150 mil por cada sesenta segundos con la camiseta azulgrana. Luego, Bruera fue cedido a préstamo a Barracas Central, donde lleva tres goles en 11 partidos.

HABLEMOS DE LO HERMOSO QUE ES EL FÚTBOL: Facundo Bruera marcó para Barracas Central en el Ducó y se lo dedicó a su familia. ¡Atención a la emoción TOTAL en la tribuna! 🥲👏🏻

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Algo parecido ocurrió con Diego Herazo. El Ciclón pagó 900 mil dólares por el pase del “Lukaku” colombiano. Jugó 413 minutos distribuidos en 14 partidos. Apenas convirtió un gol: a Tigre en el 2-0 por la Copa de la Liga del 17 de febrero. Luego, el delantero se fue cedido a Nacional de Montevideo, una vez que Leandro Romagnoli, su entrenador en el Ciclón, lo descartó. San Lorenzo apenas recuperó 70 mil dólares de su inversión. “Son casos que no pueden volver a repetirse”, estiman en el club.

El tercer ejemplo es el del “Polaco” Fydriszewski. El ex goleador de Newell’s abandonó Barcelona de Ecuador en conflicto con el club y firmó en Boedo un contrato por dos temporadas. Delantero como Bruera y Herazo, también jugó apenas un puñado de minutos: 91, desperdigados en cuatro partidos. Nunca fue titular y bastó un penal picado (y atajado) en la última jugada del partido con Godoy Cruz en Mendoza para que le rescindieran el contrato. “No fue lo deseado, pero la salida se dio de común acuerdo: trabajó una cantidad de meses y se le respetó eso”, dicen en las oficinas de la avenida La Plata. Y retrucan: “Es fútbol. No dicen nada de [Jhohan] Romaña, [Alexis] Cuello o mismo Muniain que fueron un éxito y son de Moretti”.

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En las oficinas de San Lorenzo aceptan que el club pierde cerca de 700 millones de pesos por mes (US$ 700 mil), y que la cifra fluctúa en función de los embargos bancarios, las inhibiciones y hasta los juicios que aparecen todos los días. Si se tiene en cuenta ese número, el club debería vender por al menos US$ 8,4 millones para enderezar las cuentas. “Eso, como mínimo, porque cuando hacés las cuentas y pagás los acuerdos ya firmados que dependen de esos ingresos extraordinarios te queda poco y nada”, admiten. “La situación es compleja”, se sinceran.

Como si el panorama no fuera complicado, una oferta de Botafogo, flamante campeón de la Copa Libertadores, por el capitán Muniain, podría privar a los hinchas del Ciclón de uno de los pocos futbolistas que dio la talla en el semestre. En el club aclaran que los brasileños tendrán que “sentarse a negociar” y que el español no tiene cláusula de salida en este mercado de pases. La gente de San Lorenzo intuye que se avecina una fuga de talento para equilibrar las cuentas. Y que, como consecuencia obvia, se vienen los pibes. Al menos, la Reserva de Damián Ayude, subcampeona de la Copa Proyección, invita a soñar con un futuro mejor.

 Marcelo Moretti, el presidente, delegó el manejo del fútbol en uno de sus vices  LA NACION

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