A cuatro fechas de iniciado el Torneo Clausura, con apenas 4 puntos sobre 12 posibles, a 12 fechas de su final, con el promedio del descenso acechándolo cada vez y con una idea futbolística que está en pañales y sólo aparece por momentos, al DT de Talleres, Carlos Tevez, se le acabó el tiempo de las pruebas y le llegó el de definir un equipo y sostenerlo.
El margen de tiempo que le da el campeonato es cada vez menor y en la caída contra Lanús 1 a 0 de este viernes por la noche, se vio un nuevo ensayo táctico del “Apache” que no le dio los resultados que preveía, tal como sucedió en la primera fecha contra San Lorenzo cuando el experimento de jugar con tres enganches para tener más posesión -Botta, Sequeira y Reynoso-, zozobró.
O en la tercera fecha , contra Godoy Cruz, cuando decidió jugar con un solo enlace como “Bebelo” y al equipo le volvió a faltar juego. Y ni hablar contra el Granate, en el que lisa y llanamente el juego brilló por su ausencia porque el equipio sin un creativo salió a disputar el partido sin un creativo.
Con poco y nada de juego, sin gol – Talleres es el único equipo cuyos centrodelanteros (Girotti y Bustos) no convierten en lo que va del torneo, con un pareja de volantes centrales que no termina de conformarse con sus posibles ocupantes (Galarza, Portilla, Ortegoza y Mosqueira) y con una línea de cuatro en el fondo que venía funcionando bien y cuya disposición Tevez cambió el viernes sin mayor necesidad por una de 3 o 5, lo cierto es que el DT ya no puede argumentar desconocimiento de su plantel para seguir cambiando tanto y sin buenos resultados.
Es tiempo de que “el Apache” defina un equipo, le de confianza y lo sostenga. No cabe duda de que intenta impregnarle una idea de juego de toque y ofensiva, pero no le acierta con los intérpretes, sobre la forma cómo atacar y con el sistema para aplicarla. No está mal modificar el dibujo, si es necesario, según las características del rival, pero tampoco se puede hacer un cambio tan tajante en la disposición del fondo casi sin tiempo de trabajo y con tres centrales lentos por distintos motivos.
Rodríguez no sale jugando seguro desde el fondo y tampoco da certezas cuando devuelve la pelota hacia atrás; Catalán volvió después de una eternidad sin jugar y en un puesto -el de stopper- en el que hace mucho no se desempeña. Y el brasileño Guth corrió el riesgo de ser “incinerado” en el partido de su debut, con dos gruesos errores -uno costó el gol del Grana- que lo hicieron objeto de fuertes críticas de los hinchas tras el partido, cuando aún no ha tenido tiempo de acomodarse al equipo.
La referencia a lo que le pasó a Tomás Cardona cuando le tocó debutar de apuro contra Rosario Central, en marzo pasado. Un par de errores gruesos, se le cruzó a la gente y terminó yéndose con más pena que gloria en este mercado de pases.
Y en ese sentido, cuesta entender como Tevez decidió sacar de los titulares a Santiago Fernández, sin dudas el central de mejor rendimiento hasta ahora más allá de su juventud y que tiene un largo camino aún por recorrer.
Pocas certezas y muchas incógnitas
Las únicas certezas que “el Apache” tiene hoy y por las que puede poner las manos en el fuego son Guido Herrera, Augusto Schott y Valentín Depietri.
Ni siquiera Federico Girotti lo es, porque lo están obligando a jugar lejos del arco, sacrificándose generosamente en un ida y vuelta sin mayor necesidad y lejos de donde él debe estar: en el área rival. Si el “9” de Talleres termina siendo Depietri, como sucedió en varios pasajes contra Lanús, urge entonces que Andrés Fassi traiga el “9” goleador que este equipo necesita ahora con más urgencia que nunca.
Corrió un riesgo innecesario llevándolo a Nahuel Bustos cuando aún no estaba totalmente recuperado de un desgarro y hacerlo entrar en los minutos finales contra Lanús. En pos de soluciones, podría haber arriesgado pero jugándosela con el ingreso de un referente de área nato como Lucas Alfonso. Sí, es cierto que seguramente no deseaba “quemar” a un juvenil si las cosas le llegan a salir mal. Pero los chicos también tienen que jugar alguna vez en primera y demostrar si están para grandes desafíos.
Como el que tiene Talleres ahora por delante: abandonar las ínfulas de grandezas supuestas, asumirse que el riesgo del descenso está más acechante que nunca, que se acabó el tiempo de apelar a lo “bueno que está por venir” y apostar a sacarle el máximo provecho “a lo que hay”.
A cuatro fechas de iniciado el Torneo Clausura, con apenas 4 puntos sobre 12 posibles, a 12 fechas de su final, con el promedio del descenso acechándolo cada vez y con una idea futbolística que está en pañales y sólo aparece por momentos, al DT de Talleres, Carlos Tevez, se le acabó el tiempo de las pruebas y le llegó el de definir un equipo y sostenerlo.
El margen de tiempo que le da el campeonato es cada vez menor y en la caída contra Lanús 1 a 0 de este viernes por la noche, se vio un nuevo ensayo táctico del “Apache” que no le dio los resultados que preveía, tal como sucedió en la primera fecha contra San Lorenzo cuando el experimento de jugar con tres enganches para tener más posesión -Botta, Sequeira y Reynoso-, zozobró.
O en la tercera fecha , contra Godoy Cruz, cuando decidió jugar con un solo enlace como “Bebelo” y al equipo le volvió a faltar juego. Y ni hablar contra el Granate, en el que lisa y llanamente el juego brilló por su ausencia porque el equipio sin un creativo salió a disputar el partido sin un creativo.
Con poco y nada de juego, sin gol – Talleres es el único equipo cuyos centrodelanteros (Girotti y Bustos) no convierten en lo que va del torneo, con un pareja de volantes centrales que no termina de conformarse con sus posibles ocupantes (Galarza, Portilla, Ortegoza y Mosqueira) y con una línea de cuatro en el fondo que venía funcionando bien y cuya disposición Tevez cambió el viernes sin mayor necesidad por una de 3 o 5, lo cierto es que el DT ya no puede argumentar desconocimiento de su plantel para seguir cambiando tanto y sin buenos resultados.
Es tiempo de que “el Apache” defina un equipo, le de confianza y lo sostenga. No cabe duda de que intenta impregnarle una idea de juego de toque y ofensiva, pero no le acierta con los intérpretes, sobre la forma cómo atacar y con el sistema para aplicarla. No está mal modificar el dibujo, si es necesario, según las características del rival, pero tampoco se puede hacer un cambio tan tajante en la disposición del fondo casi sin tiempo de trabajo y con tres centrales lentos por distintos motivos.
Rodríguez no sale jugando seguro desde el fondo y tampoco da certezas cuando devuelve la pelota hacia atrás; Catalán volvió después de una eternidad sin jugar y en un puesto -el de stopper- en el que hace mucho no se desempeña. Y el brasileño Guth corrió el riesgo de ser “incinerado” en el partido de su debut, con dos gruesos errores -uno costó el gol del Grana- que lo hicieron objeto de fuertes críticas de los hinchas tras el partido, cuando aún no ha tenido tiempo de acomodarse al equipo.
La referencia a lo que le pasó a Tomás Cardona cuando le tocó debutar de apuro contra Rosario Central, en marzo pasado. Un par de errores gruesos, se le cruzó a la gente y terminó yéndose con más pena que gloria en este mercado de pases.
Y en ese sentido, cuesta entender como Tevez decidió sacar de los titulares a Santiago Fernández, sin dudas el central de mejor rendimiento hasta ahora más allá de su juventud y que tiene un largo camino aún por recorrer.
Pocas certezas y muchas incógnitas
Las únicas certezas que “el Apache” tiene hoy y por las que puede poner las manos en el fuego son Guido Herrera, Augusto Schott y Valentín Depietri.
Ni siquiera Federico Girotti lo es, porque lo están obligando a jugar lejos del arco, sacrificándose generosamente en un ida y vuelta sin mayor necesidad y lejos de donde él debe estar: en el área rival. Si el “9” de Talleres termina siendo Depietri, como sucedió en varios pasajes contra Lanús, urge entonces que Andrés Fassi traiga el “9” goleador que este equipo necesita ahora con más urgencia que nunca.
Corrió un riesgo innecesario llevándolo a Nahuel Bustos cuando aún no estaba totalmente recuperado de un desgarro y hacerlo entrar en los minutos finales contra Lanús. En pos de soluciones, podría haber arriesgado pero jugándosela con el ingreso de un referente de área nato como Lucas Alfonso. Sí, es cierto que seguramente no deseaba “quemar” a un juvenil si las cosas le llegan a salir mal. Pero los chicos también tienen que jugar alguna vez en primera y demostrar si están para grandes desafíos.
Como el que tiene Talleres ahora por delante: abandonar las ínfulas de grandezas supuestas, asumirse que el riesgo del descenso está más acechante que nunca, que se acabó el tiempo de apelar a lo “bueno que está por venir” y apostar a sacarle el máximo provecho “a lo que hay”.
A cuatro fechas de iniciado el Torneo Clausura, con apenas 4 puntos sobre 12 posibles, a 12 fechas de su final, con el promedio del descenso acechándolo cada vez y con una idea futbolística que está en pañales y sólo aparece por momentos, al DT de Talleres, Carlos Tevez, se le acabó el tiempo de las pruebas y le llegó el de definir un equipo y sostenerlo.El margen de tiempo que le da el campeonato es cada vez menor y en la caída contra Lanús 1 a 0 de este viernes por la noche, se vio un nuevo ensayo táctico del “Apache” que no le dio los resultados que preveía, tal como sucedió en la primera fecha contra San Lorenzo cuando el experimento de jugar con tres enganches para tener más posesión -Botta, Sequeira y Reynoso-, zozobró. O en la tercera fecha , contra Godoy Cruz, cuando decidió jugar con un solo enlace como “Bebelo” y al equipo le volvió a faltar juego. Y ni hablar contra el Granate, en el que lisa y llanamente el juego brilló por su ausencia porque el equipio sin un creativo salió a disputar el partido sin un creativo.Con poco y nada de juego, sin gol – Talleres es el único equipo cuyos centrodelanteros (Girotti y Bustos) no convierten en lo que va del torneo, con un pareja de volantes centrales que no termina de conformarse con sus posibles ocupantes (Galarza, Portilla, Ortegoza y Mosqueira) y con una línea de cuatro en el fondo que venía funcionando bien y cuya disposición Tevez cambió el viernes sin mayor necesidad por una de 3 o 5, lo cierto es que el DT ya no puede argumentar desconocimiento de su plantel para seguir cambiando tanto y sin buenos resultados.Es tiempo de que “el Apache” defina un equipo, le de confianza y lo sostenga. No cabe duda de que intenta impregnarle una idea de juego de toque y ofensiva, pero no le acierta con los intérpretes, sobre la forma cómo atacar y con el sistema para aplicarla. No está mal modificar el dibujo, si es necesario, según las características del rival, pero tampoco se puede hacer un cambio tan tajante en la disposición del fondo casi sin tiempo de trabajo y con tres centrales lentos por distintos motivos.Rodríguez no sale jugando seguro desde el fondo y tampoco da certezas cuando devuelve la pelota hacia atrás; Catalán volvió después de una eternidad sin jugar y en un puesto -el de stopper- en el que hace mucho no se desempeña. Y el brasileño Guth corrió el riesgo de ser “incinerado” en el partido de su debut, con dos gruesos errores -uno costó el gol del Grana- que lo hicieron objeto de fuertes críticas de los hinchas tras el partido, cuando aún no ha tenido tiempo de acomodarse al equipo.La referencia a lo que le pasó a Tomás Cardona cuando le tocó debutar de apuro contra Rosario Central, en marzo pasado. Un par de errores gruesos, se le cruzó a la gente y terminó yéndose con más pena que gloria en este mercado de pases.Y en ese sentido, cuesta entender como Tevez decidió sacar de los titulares a Santiago Fernández, sin dudas el central de mejor rendimiento hasta ahora más allá de su juventud y que tiene un largo camino aún por recorrer.Pocas certezas y muchas incógnitasLas únicas certezas que “el Apache” tiene hoy y por las que puede poner las manos en el fuego son Guido Herrera, Augusto Schott y Valentín Depietri.Ni siquiera Federico Girotti lo es, porque lo están obligando a jugar lejos del arco, sacrificándose generosamente en un ida y vuelta sin mayor necesidad y lejos de donde él debe estar: en el área rival. Si el “9” de Talleres termina siendo Depietri, como sucedió en varios pasajes contra Lanús, urge entonces que Andrés Fassi traiga el “9” goleador que este equipo necesita ahora con más urgencia que nunca.Corrió un riesgo innecesario llevándolo a Nahuel Bustos cuando aún no estaba totalmente recuperado de un desgarro y hacerlo entrar en los minutos finales contra Lanús. En pos de soluciones, podría haber arriesgado pero jugándosela con el ingreso de un referente de área nato como Lucas Alfonso. Sí, es cierto que seguramente no deseaba “quemar” a un juvenil si las cosas le llegan a salir mal. Pero los chicos también tienen que jugar alguna vez en primera y demostrar si están para grandes desafíos.Como el que tiene Talleres ahora por delante: abandonar las ínfulas de grandezas supuestas, asumirse que el riesgo del descenso está más acechante que nunca, que se acabó el tiempo de apelar a lo “bueno que está por venir” y apostar a sacarle el máximo provecho “a lo que hay”. La Voz